Mi palpitar iba a mil por hora, la veo quitarle el seguro y trago saliva. Desde conocí a esta mujer sabía que estaba loca pero no que estaba enferma.
—¿Tranquilízate? — levante lentamente mis manos en señal que no iba a hacer nada.
—Cállate — sus ojos azules se ven muy rojos e hinchados.
—¿Podemos hablar de una manera tranquila? Baja el arma por favor
—No, él es mío y no dejare que ninguna perra estúpida se meta entre nosotros.
—Bien, bien. Entiendo que lo quieres per-
—¡Yo lo amo! — su mano sosteniendo el arma comenzó a temblar, ella se ve a kilómetros que no está bien de la cabeza.
—Vamos a hablarlo ¿sí? — busco a mi alrededor algo con que pueda detenerla y diviso unos cuchillos, pero están detrás de ella.
—La cosa es esta — dio un paso hacia a mí y yo retrocedí —que tú tienes dos opciones, o te alejas por tu cuenta, vete a otro país si es posible pero no te quiero volver a ver cerca de mi hombre — lagrimas amenazaron en salir de mis ojos mientras miraba el arma cerca de mi frente —oh yo misma me deshago de ti.
Cuando ella no vuelve a decir una palabra más me percato que el sonido de la regadera ya no estaba sonando. Siento el frio del metal de la boca del arma colocarse en mi frente y la miro.
—Arrodíllate — me ordena y decido ceder, es muy inestable para hablar con ella con una pistola apuntándome a la cabeza.
Empiezo a escuchar unos pasos y cuando levanto la vista Andrés con solo una toalla blanca enrollada en la cintura salió tomo el brazo de ella y con un movimiento rápido logro quitarle el arma. El la tomo de cuello apretándola con el ante brazo y con su otra mano tomo el arma y le apunta al costado de su costilla.
—Yo creo haberte dejado claro que no quería volver a verte — le murmuro el apretando la presión con el arma.
—Amor –
—No te quiero escuchar — Catherine me volteo a ver con una mirada llena de rencor. Me levante mirando la escena sin que una palabra pudiera salir de mi boca.
—Francia, ve y llama a recepción y que mande a seguridad — me ordena el, asiento y corro al teléfono en la sala.
Llega seguridad, me siento en el sofá viendo hacia el suelo. Las imágenes de la boca de la pistola sobre mi frente volvían a mí, y de lo cerca que esa mujer me pudo haber matado. Solo un pequeño jalón al gatillo. Y todo terminaba ahí.
Unas manos tomándome de los hombros me sobresaltaron, lo veo y es Andrés quien ya está cambiado, atrás del pude ver como unos hombres en traje y armas escoltaban a Catherine al asesor. La volví a ver a los ojos, y se con esa mirada que se carga rencor, pero lo que me asusta es que ese rencor va a dirigido a mí.
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Pasión Irresistible
RomanceFrancia López secretaria en una de las más grandes empresas de New York. Desde el momento en que Andrés Rojas su nuevo jefe posa los ojos en ella su mundo comienza a tabalearse. Tensión sexual Atracción inevitable Ambos comparten una pasión irres...