Un cuarto de libro

Deseo criminal, de Ruth Rendell

Una vez que superé los problemas iniciales con Ruth, quise leer otras de sus obras, pero no fue hasta varios años después que conseguí este libro en una tienda de liquidación y me arrojé a sus páginas.

Antes hablé de lo detallista que es Rendell a la hora de escribir, pero la verdad es que se pasa para los detalles; lo que tiene es que no solo te describe el lugar o las características físicas de los personajes, sino que lo hace a través de cosas que son identificables por cualquier persona en el mundo, como las cosas que te gusta comer, la música, las opiniones políticas o a ropa que eliges dependiendo del clima, y a través de eso te hace conocer la identidad de cada uno. Te hace entrar en su vida, conocer quien es, y entender sus pequeños y grandes miedos, rabias, dudas, decisiones y fracasos. Te hace amarlo u odiarlo, pero no por ser malo o bueno, sino por ese pequeñísimo margen que hay entre el bien y el mal de origen, que va más allá de las acciones.

Como el título lo indica, la historia trata de un hombre que desea criminalmente a una mujer, algo bastante común en muchos thrillers, solo que aquí la sangre no corre por los pasillos ni hay balaceras o persecusiones; pero te pegas a la historia como si el criminal estuviera justo detrás de ti.

En esta historia las cosas son bastante fuertes, porque el malvado está muy de la cabeza y eso se nota; al menos a mi me pasó que todas las justificaciones que se le dan no me hicieron apoyarlo, sino estar más en su contra, pero desde luego que eso es cosa de cada uno. A medida que avanza el libro vas viendo que todo va para peor, hasta que llega el final y después el desenlace.

¿Qué?

Lo digo de esta manera porque me parecen dos cosas distintas; el libro termina antes del desenlace, es decir que si seguiste con mucho detalle todo lo que pasa con el asesino y con el resto de los personajes, no solo sabes en qué termina, sino que entiendes el final antes que suceda la secuencia que el el desenlace, aunque no por eso se hace obvio. En seguida, tenemos la espectacular secuencia de desenlace, donde se resuelve el conflicto de la historia, el que debo agregar es por lejos uno de mis Top 5 en escenas cruentas. No por lo que ocurre, sino porque la autora hace uso de su prodigiosa capacidad de detallar todo, y hace que escuches, veas y hasta sientas el olor del lugar en donde ocurre; es muy fuerte, en serio, y he leído muchos asesinatos.

Conclusión: Ten cuidado con quienes te miran a lo lejos, alguien puede mirar más de la cuenta.