Mal entendidos.Isaac Meyer.
Sigo leyendo el discurso que ya había tenido preparado hace ya una semana.
Al terminar espero un momento, que es cuando entra el coro que está conformado por un monto de jóvenes del alrededor de los 12 años.
Y verlos por alguna razón me genera un malestar general, y no por que ellos en sí me generen esa sensación, si no es más como si lo que hacen me trajera recuerdos.
Recuerdos no muy buenos.
Gracias a esto trato de concentrarme en otra cosa, y mi mirada capta a una señorita de aproximadamente unos 27 años que está sentada en la banca principal.
Luce una camisa muy linda de color beige con algo de transparencia, mis ojos tratan de ser disimulados para no incomodarla, voy bajando desde su pecho hasta su abdomen, es cuando me limito a solo mirar sus piernas.
Tiene una hermosa falda de una tela la cual parece ser algodón.
La cual muy probablemente sea muy fácil de rasgar con las manos incluso.
¿Qué pasaría si ella estuviera inclinada frente a mi con esa misma falda?.
¡No Isaac basta!, ¡deja de pensar en eso!.
Dios ya que esto se acabe, todo está en mi contra en este momento, en primer lugar tengo una ereccion de muerte dentro de mi pantalón.
Además, miles de pensamientos lujuriosos están pasando por mi cabeza en este momento y lo que más me perturba es tener solamente imágenes religiosas a mi alrededor que parecen como si estuvieran observándome y... ¿juzgándome?.
Bien es oficial, ya me estoy volviendo loco.
Al paso al que voy un día de estos me voy a terminar quemando recién ponga un pie en la iglesia.
El coro celestial termina de sonar y eso es señal que da por terminada la ceremonia.
—Vayan con Dios y no se dejen tentar, nos vemos el miércoles.
Bajo del estrado para ir a las habitaciones del fondo a quitarme el hábito y la estola que me están matando.
Me siento ahogado, estresado y hambriento. Entro a una de las tantas habitaciones. Cierro la puerta que está a mi espalda.
Me tomo un respiro y poco a poco me voy despojando de la ropa. Estoy tan sudado que lo primero que voy a hacer al llegar a casa es darme una ducha.
Me quedo solamente en ropa interior y es ahí cuando siento una leve brisa que acaricia mis hombros secando un poco el sudor en el proceso generando una sensación de frescura. Volteo y veo una ventana entreabierta, ¿ah si que eso era?...
Escucho como mi celular empieza a vibrar, me acerco a la mesita donde lo había dejado. Es Christian el que está llamando.
(•••)
—Ya ni vestirse con tranquilidad y paz se puede.
—¿Te estas vistiendo?, a ver manda foto, en estos momentos ando muy hormonal primer y único aviso.
—Christian es muy temprano para andar de sucio, mejor dime, ¿para que me llamaste?.
—Para invitarte a una fiesta que la organiza una de mis tantas colegas, quiero que respires aunque sea un poco de aire fresco, ya has de oler a humedad de tanto encierro.
Suspiro.
—¿Va a haber alcohol?.
—Si, aunque no es forzoso que tu bebas.
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TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)
Short StoryLujuria... ¿Qué es la lujuria?. Depende de qué punto de vista lo veamos, algunos lo ven como aquel deseo aquel arrebato o aquella furia que desata los instintos más primitivos del ser humano convirtiéndose en un personaje sin raciocinio. Otros lo ve...