¿Hogar?
Isaac Meyer.
Siento como un escalofrío desagradable se instala en mi con ese gesto de parte de Aurora. Recuerdos, horribles flashbacks vienen a mi mente.
•••
El olor amaderado típico de las iglesias inunda mis fosas nasales.La iglesia vacía hace que en mi estomago se sienta un enorme vacío, un vacío llenado por la incertidumbre, la expectativa y el miedo.
—Oh mi pequeño Isaac.—me pellizca la pierna de manera burlona.—¿serás un buen niño verdad?, ¿harás lo que yo te diga verdad?, si no ya sabes lo que pasara.
El horror me paraliza, me hace temblar y hacerme pequeño. Simplemente diminuto.
Siento que no puedo respirar, vuelvo al tiempo presente y las nauseas me ahogan.
Mi ritmo cardiaco se acelera de sobre manera, no puedo respirar, no puedo respirar lo juro por Dios.
El pánico me esta destruyendo en estos momentos, quiero huir, no se de que, pero quiero huir.
Dios, estoy entre tanta gente. Espero que no me estén viendo.
¿Y si me están viendo?.
¿Si notan mi patético estado?.
Dios NO.
—¿Isaac?.
Quisiera decir que la voz de la sensual Aurora Smith me saco de mi letargo como otras veces.
Pero no es suficiente.
¿Y si no soy suficiente?.
—¿Isaac estas bien?.
Escucho su voz lejana y siento como todo me empieza a dar vueltas, empiezo a respirar con una rapidez anormal, de pronto mi mirada se empaña, se vuelve borrosa, a continuación todas las miradas de los presentes se centran en mi, escucho sus voces lejanas apenas perceptibles pero la única que destaca es la de Aurora Smith gritándome
—¡Isaac!.
Y eso es lo único que necesito para que todo se vuelva negro y pierda conciencia de mi.
...
La nariz me empieza a escocer y eso es suficiente para que comience a reaccionar.
Pase de estar en el bosque a estar acostado en una cama, supongo rápidamente que estoy en las cabañas.
Veo la hermosa cara de Aurora Smith llena de preocupación mientras con una mano coloca un algodón con alcohol bajo mi nariz.
—¿Isaac?, ¿Isaac me escuchas?, ¿me ves?. —me pregunta mientras toca suavemente los costados de mi rostro.
—Si. —digo débilmente.—¿qué paso?.
—No lo se Isaac.—dice la señorita Smith.—es lo que a mi me gustaría preguntarte, ¿qué paso?. ¿Hice algo malo?, ¿algo que te incomodara?.
Su rostro pasa a reflejar aflicción y remordimiento, y eso hace que yo frunza el ceño por que lo último que quiero es que ella se sienta culpable por mi tan humillante momento.
—No señorita Smith, no se sienta culpable por algo que no le corresponde, fue un vil momento de cobardía, es que...
Las palabras se me escapan y no se como explicarle las emociones que sentí en ese momento.
¿Como le digo que no podía respirar, que el aire me faltaba si es un principio básico y solo un completo imbecil no podría llevar a cabo esa tarea?.
¿Como le explico que en ese momento el miedo me paralizó por completo y no pude hacer nada?.
¿Como el miedo pudo paralizar a un adulto de mi edad?, es simplemente patético.
—Isaac...—toma mano von gentileza y con la yema de sus dedos acaricia mi torso.—sabes que puedes contarme lo que sea, ya ni siquiera profesionalmente hablando, si no como una amiga, y si también no te sientes con la suficiente confianza lo entenderé.
Suspiro, me tomo unos momentos y por fin me animo a hablar.
—Recuerdos, recuerdos vinieron a mi mente y no se exactamente que signifique, últimamente he tenido sueños, sueños donde me siento vulnerable, donde soy tocado y siento repudio y asco.
Aurora me ve con una mirada de empatía y eso hace que se encoja un poco mas mi corazón.
—Se que incontables veces he dicho que no recuerdo mi infancia, siempre que recuerdo mi infancia son en cosas difusas. Y ahora que tengo vagos recuerdos de ella, no se si realmente los necesito, duelen demasiado.
De pronto sin darme cuenta siento como una lágrima se desliza sobre mi mejilla.
Quiero retenerlas pero pronto lo que era una lágrima se convierte en llanto y ya no puedo pararlo.
—Perdón señorita Smith.—digo avergonzado.—que pena que tenga que soportar mi patético estado.
—Nada de patético Isaac, son tus emociones y son totalmente validas. Puedes llorar con total confianza conmigo, y si te hace sentir tranquilo, no hay nadie con nosotros.—señala a su alrededor.—¿ves?, estamos totalmente solos puedes desahogarte.
Esas palabras me ponen aún mas sensible y si antes no podía contener el llanto ahora lloro desconsoladamente, es como si todas mis emociones del pasado se hubieran acumulado todas durante todo este tiempo y se estén liberando todas en este momento.
La señorita Smith me abraza y siento una calidez en mi pecho, siento seguridad.
¿Así se siente el hogar?...
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TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)
Short StoryLujuria... ¿Qué es la lujuria?. Depende de qué punto de vista lo veamos, algunos lo ven como aquel deseo aquel arrebato o aquella furia que desata los instintos más primitivos del ser humano convirtiéndose en un personaje sin raciocinio. Otros lo ve...