CAPITULO 23

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Psiquis Smith.

Aurora Smith.

Suspiro de alivio al ver a Isaac dormido, después de que tuviera ese ataque de ansiedad y me contará su sentir, se sintió tan agotado que rápidamente se quedo dormido.

Yo mientras me siento en una silla frente a la cama, lo observo dormir y puedo percatarme de los detalles de su rostro con mas calma.

Tienen un atractivo angelical mientras duerme, retrocedo al momento exacto donde Isaac perdió la calma y aunque ya estoy acostumbrada a ver esos momentos de vulnerabilidad en las personas no puedo evitar sentirme mal por los demás.

Gracias a los años que tengo de psicóloga he visto múltiples estados de la mente humana.

Vulnerabilidad, ira, tristeza. No hay estado emocional que yo no haya visto o vivido.

Pero aun así, sigue siendo para mi, impresionante. Desde siempre he sido una fanática empedernida de la psiquis humana.

Es estimulante conocer a profundidad lo que hay en el espacio más vulnerable de alguien como lo es la mente o las emociones, pero...

Si escogí este camino no es simplemente por estimulación mental, o por el distintivo placer que siento al ayudar a otros sintiéndome útil.

Si no por desconsuelo y dolor.

Un dolor tan profundo e inhumano que no podía entender ni mucho menos controlar.

Dicen que te conoces a ti mismo hasta que pasan acontecimientos en tu vida tan crueles que te parten en miles de pedacitos logrando que tu caigas en ese punto de quiebre y llegues a tu límite.

Siento un escalofrío invadir mi espina dorsal y me percato de que una de las ventanas de la cabaña esta abierta.

El frío me traspasa los huesos ya que no tengo prenda que me proteja de este mismo.

Me acerco al ventanal para cerrarla, es cuando de pronto fragmentos de mis recuerdos me invaden.

"Llamada desde algún lugar a la estación de policía local".

H-hola.—dice una voz sumamente agitada tras el teléfono.—¡por favor necesito una ambulancia a la calle ###, es urgente h-hay un cuerpo ensangrentado en la acera, no reacciona!.

Voces...

Gritos...

Flashes...

Sangre...

Muerte...

Dolor...

Aurora Smith 16 años.

"Sonido de timbre".

El timbre sonaba fuertemente haciendo ecos en las paredes de nuestro bachiller.

Por fin era momento de salir, no estaba sola afortunadamente.

Caminaba tranquilamente dirigiéndome a la salida cuando de pronto una mano me tomo de la cintura apretándome contra un cuerpo que claramente conocía.

—Ya ni siquiera tienes la amabilidad de esperarme. —me dijo con voz divertida.

Con una sonrisa me gire para ver al dueño de esa voz, para ver al que claramente era mi vivo retrato en versión hombre y mayor.

Mi hermano Austin.

Un hombre alto, cabello negro y con los característicos ojos verdes felinos de la familia.

TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora