CAPITULO 7

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                              Deseos.

Isaac Meyer.

La luz del sol contra mi rostro hace que me despierte de mi sueño reparador, la misma ereccion dolorosa de todos los días se hace presente como de costumbre, la ventaja es que por ahora no tendré que ir a misa.

Me quedo durante un momento recostado y pensando.

Pero al final me decido y le mando un mensaje a Christian.

Christian.

Oye, ya lo decidí, si me gustaría asistir a terapia.

Dejo el celular sobre la pequeña mesa de noche que tengo a un lado de la cama y me preparo para ir al gimnasio.

Me coloco mi conjunto deportivo y tomo una mochila colocando dentro de ella mi botella de agua y mis audífonos Bluetooth.

Es entonces que mi celular vibra y se que es Christian.

Christian.

—Ya te agende cita, mañana pasaré por ti en la mañana, pero eso no quita que siga enojado contigo.

Uy, lo siento pero el ya debería de conocer como soy y sabe perfectamente cómo puedo cambiar de opinión de un momento a otro.

Salgo de mi casa y tardo aproximadamente unos 15 minutos en llegar gimnasio.

Me coloco mis audífonos y al ritmo de Believer de Imagine Dragons me dispongo a hacer mi rutina de 1 hora que consiste en entrenar brazo, espalda y abdomen.

La verdad para mi hacer ejercicio es equivalente a la paz y tranquilidad, ya que de alguna forma esto hace que mi cuerpo libere el rencor que llevo dentro.

Además de que me ayuda con mi salud y mantiene mi cuerpo estéticamente justo como me gusta.

Noto algunas miradas disimuladas de unas cuantas mujeres.

Hay algunas personas que les incomoda que las vean y es totalmente respetable, pero a mi me halaga el hecho de que se me observe.

Decido al final volver a concentrarme en lo mio, y por alguna razón el tiempo me pasa más rápido y termino la rutina antes de lo esperado.

Al llegar a mi casa me doy una larga ducha permitiéndome relajarme y destensar los músculos.

Me coloco unas cuantas prendas cómodas y tomo un libro de la estantería que he comprado recientemente.

La primera vez que lo vi no sabía en absoluto de que se trataba, simplemente lo compré por que me llamaba la atención la portada.

Es la Diosa Afrodita de la mitología griega, o Venus para los romanos, su silueta completamente desnuda es lo que ves en primer plano.

Si cabello pelirrojo cubre un poco el cuerpo a los costados y está encima de una gran roca.

Las Tentaciones de Afrodita, así es como se llama el libro.

Relata como la Diosa del Amor tiene un romance secreto y lleno de pasión con el Dios de la guerra Ares y la Diosa Atenea.

Es como una especie de retelling, lleno de poliamor
y escenas sexuales demasiado explícitas y detalladas.

Me pongo cómodo recargando las espalda en el colchón y me dispongo a leer en la página en la cual me quede.

Pag. 25 Las tentaciones de Afrodita.

—Fue entonces que sentí las fuertes y aguerridas manos de Ares contra mi cuerpo, el me acurruca con más fuerza contra su pecho, mi espalda choca con él y al estar encima de su regazo siento su miembro contra la cara interna de mi muslo, el jadea contra mi oreja y ahí es cuando por fin Atenea se hace presente en la escena, ella se acerca sigilosamente y...

Siento como poco a poco las sensaciones de hormigueo en mí bajo vientre están aumentando.

¿Acaso me estoy excitando con una escena de un libro?, la respuesta es un rotundo SI.

¿Es patético que me pase esto para la edad que tengo?, tal vez, pero no me importa.

Siento como mi miembro se va poniendo más duro, es entonces que me decido a sacarlo.

Ya que la presión que me ejerce la tela del bóxer me está lastimando.

Lo tomo entre mis manos y comienzo a hacer suaves masajes de arriba a abajo.

Me dedico a darle más atención al glande, conforme mis movimientos se hacen más firmes y más rápidos las venas de mis antebrazos se van resaltando más y más.

Mi respiración se vuelve más rápida y pequeños jadeos salen de mi boca involuntariamente.

Cada vez estoy más cerca...

Más cerca...

Y...

Es entonces que el fluido blanquecino se hace presente en mi mano.

Y todo se queda en completo silencio, un silencio sepulcral donde lo único que se escucha es mi respiración acelerada.

En fin, necesito terapia.

En fin, necesito terapia

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TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora