ImpúdicoAurora Smith.
La adrenalina corroe mi cuerpo poco a poco, tiemblo pero no debido a miedo, si no por exaltación. Tengo esa maldita venda en los ojos que me impide ver lo que está pasando. Estoy completamente desnuda y sentada en una silla completamente a su merced.
<<Ya no puedo>>.
Me repito una y otra vez en mi mente, .
—¿Quieres que pare? —Me pregunta una voz ronca.
—N-no.
Es entonces cuando siento que el suavemente muerde la parte interna de mi muslo lo que hace que suelte un suave quejido.
Y en estos momentos desconozco a donde se fue toda mi saliva.
—Por favor... —suplico, ya no puedo soportarlo.
Toma mi rostro con fuerza acercándome a él, siento su respiración acelerada contra mi rostro, como tengo la boca entreabierta me escupe.
Y lo hizo en el momento ideal, que buen refrescon me ha dado.
—¿Por favor que?.
—Follame.
El muerde mi labio inferior con fuerza. Incluso siento un poco el sabor metálico característico de la sangre, pero en estos momentos no me importa, siento como mi clitoris me a comenzado a palpitar.
El me levanta y me obliga a que enrolle mis piernas alrededor de sus caderas.
Siento los bordes de la cremallera de su pantalón contra mi entrepierna.
Empieza a frotarme contra el, de arriba hacia abajo, lo hace lento pero ejerciendo presión. Su cara escondida en el costado de mi cuello.
Esto provoca que mi humedad vaya en aumento, y los ojos se me vuelvan blancos.
Sus jadeos contra mi oreja hacen que mi temperatura corporal aumente y que mi útero este a punto de explotar.
Siento como el se mueve conmigo encima, colocándome contra el escritorio.
El toma mi coleta jalando de ella con fuerza, haciendo que le de completo acceso a mi cuello.
Coloca su lengua sobre mi garganta y la va subiendo poco a poco hasta llegar a mi mandíbula y dar pequeñas mordidas.
Al mismo tiempo siento como jala la liga de la coleta para quitármela.
Y con esta misma me somete al colocarla en mis muñecas.
Me toma de los talones abriéndome las piernas.
Escuchó el sonido de su cremallera deslizándose.
<<Por fin>>
Escuchó además el sonido del empaque de un preservativo abriéndose, solo siento como su glande da un rápido roce con mi clitoris.
Y el por consiguiente solo mete la punta.
Muevo mis caderas hacia adelante con la esperanza de que la meta toda y es entonces que...
Mi teléfono comienza a sonar encima de una encimera.
Decido ignorarlo durante un momento hasta que la llamada se pierde, pero nuevamente comienza a sonar.
Me quito la venda de los ojos y con mi entrepierna palpitante me aparto de Michael un nuevo chico al cual utilizo para satisfacerme un rato, pero con el consentimiento de ambas partes obviamente.
Me acerco a la encimera y tomo el teléfono, es Olga.
(•••)
—¿Te interrumpí en momento candente cariño?.
—Si Olga, es más escogiste el peor momento para llamarme, espero que sea de vida o muerte.
—Lamentó decepcionarte pero no, tiene que ver con tu trabajo, me han agendado dos nuevos pacientes, un niño de aproximadamente 9 años y una adulta de 24 años.
Suspiro.
—Esta perfecto Olga, pero no se, ¿no podrías habérmelo dicho en otro momento?, no se tal vez... ¡cuando no estuviera a punto de que me penetren!.
—Lo siento Smith, pero tenía que avisarte, y si no se me iba a olvidar, además ¿como yo iba a saber que estaban apunto de metértela?.
Me masajeo las sienes
—Tienes razón, perdóname me exalte, en fin gracias Olga.
Volteo a ver a Michael.
—Vístete Michael, en otra ocasión terminamos con esto.
Y es que sinceramente el hablar de mi trabajo en un momento sexual baja mi libido considerablemente, y no por qué no me guste mi trabajo si no por que simplemente no me gusta hablar de él en mis momentos libres.
—¿Es en serio?. —bufa.—ya van varias veces que nos pasa esto, si seguimos así un día de estos se me van a caer el miembro.
—No seas dramático, te prometo que luego terminamos con esto, ¿okey?.
—Está bien, ya que otra me queda.
Rápidamente se guarda el miembro y se coloca todo en su lugar. Trata de peinarse un poco con sus dedos.
¿Crema para peinar?, nah, fluidos señores esa es la clave.
—Nos vemos luego. —me da un beso en la comisura del labio en señal de despedida y sale de mi casa.
Yo busco mi ropa que quedo esparcida por toda la habitación.
Me doy cuenta que mi cuerpo tiene esa sensación pegajosa, así que decidida me dirijo a la ducha, pero antes de que siquiera entre al cuarto de baño una vez más vuelve a sonar mi celular.
¿Ahora qué?.
Es un mensaje de texto de Olga.
Olga.
—¡Hola cariño!, molestando otra vez, quería hacerte una propuesta si no te sientes cansada pero últimamente te he visto algo aburrida y estresada, así que, ¿te parece bien si vamos a tomar unos tragos a un bar como en esos tiempos de universidad?.
Me lo pienso durante un momento, la verdad es que me gustaría despejar un poco la mente.
—Por supuesto Olga, en un momento llegó a tu casa para prepáranos ahí.
Bien, el plan de tomar una ducha y tal vez acostarme durante todo el día a ver películas románticas y llorar por que muy seguramente eso nunca pasará en mi vida ha quedado oficialmente cancelado.
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TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)
Storie breviLujuria... ¿Qué es la lujuria?. Depende de qué punto de vista lo veamos, algunos lo ven como aquel deseo aquel arrebato o aquella furia que desata los instintos más primitivos del ser humano convirtiéndose en un personaje sin raciocinio. Otros lo ve...