CAPITULO 19

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Pesadillas y miradas pícaras.

Isaac Meyer.

Miedo...

Tengo mucho miedo, no se donde estoy.

Todo esta oscuro, no veo nada.

Siento como un sudor frío se comienza a instalar en mi nuca.

Y es cuando siento un cuerpo grande contra mi espalda.

Este me sujeta de las muñecas reteniendo mis brazos.

Isaac...—susurra una grave voz en mi oído.

Yo jadeo preso del miedo y es cuando siento unas repulsivas manos por todo mi cuerpo.

—Isaac...—repite la voz.

Siento como las manos son salvajes y animales.

Las siento en todos lados, no puedo ver quien es la persona quién me esta tocando.

—Eres mío.

No, no, ¡NO!.

Suéltame, suéltame, por favor SUELTAME.

—Isaac...

No, no.

—Isaac...

No, no.

—Isaac...

¡NO!.

Es cuando de un sobresalto la luz de media tarde me aturde y de pronto vuelvo a estar al lado de Aurora Smith en los asientos del autobús que nos llevaría al dichosos bosque del retiro.

Aurora me mira con un ápice de preocupación.

—¿Estás bien?.—enarca una ceja.

—Si, si.—respondo rápidamente.

No se que mierda de sueño acabo de tener, no se el significado, ni el por que me atemoriza tanto.

De solo recordarlo siento una presión pesada en el pecho.

Esas asquerosas manos.

—Te escuche gritar en medio de tus sueños.—dice por fin, sacándome de mis pensamientos.—¿qué te puede dar tanto miedo al punto de hacerte gritar?.

—Nada.—respondo cortante.—no quiero hablar de eso Aurora.

Mis palabras la toman desprevenida pero, al final asiente con la cabeza.

—Esta bien si no quieres hablar de eso, lo respeto, tomate tu tiempo.

—Gracias.

Lo que nos faltaba de camino para llegar al bosque nos limitamos a solo mantenernos en silencio.

Yo iba de lado de la ventana, así que me dedique a observar el paisaje.

Ver como dejábamos atrás a grandes follajes de árboles.

Cada vez más alejados de la civilización, me tomo el tiempo para ver la pantalla de mi teléfono y me percato de que las barritas de la señal poco a poco se están agotado.

Me tomo el tiempo para leer un poco algunos libros que tengo descargados en pdf y que no me he dado a la tarea de terminar.

Y después de mucho tiempo por fin llegamos a nuestro destino.

Me levanto de mi asiento y comienzo a dar las indicaciones para bajar del autobús.

Al bajar siento como el aire fresco y mentolado de los pinos inundada mis fosas nasales, los pajaritos cantan a lo lejos.

Expando mi mirada y veo cabañas rústicas antiguas, que tiene el toque exquisito y encantador de cualquier cuento de hadas.

Me fascinaría venir aquí sin todo el fanatismo religioso.

—Okey chicos.—digo con voz fuerte.—por favor formen todos una fila detrás de la señorita Aurora, las hermanas se dedicaran a decomisar sus teléfonos, entre esos se incluyen cualquier dispositivo electrónico, no nos hacemos responsable por el daño o extravío de estos mismos.

Pronto las monjas se hacen de todos los teléfonos, iPads, laptops etcétera.

Las monjas se dedican a distribuir a los chicos en las diferentes cabañas.

Bien este será un día ajetreado.

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Pronto la hora de la comida ha llegado, han servido puré de papa con pechuga rellena de jamón, la calidad ha sido regular. No tan buena pero tampoco un asco, tampoco es como que la parroquia cuente con el dinero para otorgar comida de la calidad pero en fin.

Durante la comida me he sentado en el comedor al lado de la señorita Smith.

Veo como ella es educada y atenta con las personas, trata de tener una conversación amena con las monjas y de vez en cuando convive con los chicos.

Me percato de como ella come, suele tomar un poco de puré de papa con una cuchara y llevársela suavemente a la boca, mastica lentamente y retira la cuchara de su boca con un suspiro.

¿Cómo alguien puede verse tan perfecta comiendo?.

En un movimiento ágil la señorita Smith se da cuenta de que la estoy mirando y ella me devuelve la mirada con una sonrisa pícara que rápidamente remplaza por una risita tímida.

Esos simples gestos son capaces de acelerarme el corazón y calentar mis mejillas.

Estoy muy seguro que este año de retiro me espera algo muy emocionante y estoy ansioso de aventurarme al lado de la señorita Smith.

Estoy muy seguro que este año de retiro me espera algo muy emocionante y estoy ansioso de aventurarme al lado de la señorita Smith

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TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora