CAPITULO 12

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Recuerdos espirituales #2

Isaac Meyer 15 años.

—Me suda el culo.—dice Mauricio.

—¿A quien no?.—dice irritado Asher.—me están sudando las partes prohibidas.

—Estoy cansado.—digo.

Estamos a 35 grados grados, son las 4 pm y estamos limpiando los baños, hace un calor del infierno y estos malditos baños ni siquiera tienen ventilación, simplemente tienen un foco con una luz amarillenta horrible que hace que la sensación de calor sea aún más intensa.

—Malditas monjas.—se queja Asher.—nos tienen limpiando mierda todo el puto día.

—Ya Asher.—le reprendo.—te van a oír.

—Que me escuchen, me importa un carajo.

—Acuérdate cuando te castigaron el año pasado.—le dice Gerardo.—Te hicieron limpiar toda la capilla desde afuera en pleno sol.

—Perras. —dice entre dientes Asher.—¿quieren hacer algo divertido?.

—¿Como que?.—pregunto yo.

—Déjate llevar pequeño Isaac.—me dice Asher.— Ahorita cuando sean la 6 pm en lugar de asistir a su estupida ceremonia mártir, nos vamos a ir al bosque cercano de aqui. Y ya de ahí pues Mauricio y Gerardo ya saben lo que pasa, pero tu Isaac, sera como tu rito de iniciación a este grupo. —sonríe.—¿qué dices?, ¿aceptas?.

Por alguna razon eso me da mala espina, pero la intriga es mas, ¿algo tendrá que ver el pequeño empaque de plástico que vi que escondió el otro día?.

—Esta bien.

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6 pm, la hora marcada en el reloj de manecillas del comedor.

Todos los grupos nos encontramos aqui, estamos rodeados de monaguillos y catequistas.

A eso sumándole que estamos rodeados de monjas.

¿Como vamos a hacer para escapar de las monjas sin que se den cuenta?.

Dios mio, mentiría si dijera que el estomago no me ruge de los nervios.

—Es hora.—dice Mauricio.—síguenos Isaac y procura hacer el menor ruido.

—¿Cual es el plan?. —susurro.

—No hay plan. —me dice Asher.—solo hay que esperar irnos poco a poco en las filas de atrás y una vez que estemos en las ultimas filas perdernos por fin entre la multitud.

Jesus, tiemblo como gelatina.

—O-okey.—tartamudeo.

Poco a poco y con suma discreción conforme avanzaba la multitud, nos íbamos sumergiendo en el mar de gente.

Las monjas iban dirigiendo y procurando a los grupos de adelante y a las personas del medio, tratando de que todos fuéramos en un cuadro perfecto de forma compacta.

Pero aun así, el plan iba funcionando a la perfección, mas por que el lugar donde daban el rito de purificación de pecados estaba rodeado de bosque que era hacia donde nos dirigíamos, sería fácil perdernos entre los arboles.

Conforme quedábamos atrás, era la la hora de ver el momento perfecto para escabullirse.

Tanto Asher como Mauricio procuraban ver a los costados mientras que yo me dedicaba a ver al frente y Gerardo hacia atrás.

TIÉNTAME A PECAR (+21) (LIBRO 1) (SEGUNDA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora