Había pasado tantos días sin estar en mi cuarto que se me hizo raro volver. El doctor me dijo que me moviera lo menos posible, que mis heridas aún estaban presentes y que me llevaría algún tiempo recuperarme. Mi madre estaba eufórica cuando se entero de que la ciudad me había recocido como " Un Milagro" que salvo a dos niños del peligroso asesino en serie Jeff the Killer. Cada rato entraba a mi cuarto para verificar que estaba bien, trajo una cesta con fruta y algunos chocolates en varias ocaciones, era inaudito que tuviera que estar al borde de la muerte y recibir un reconocimiento para que me tratara por lo que realmente era, su hija.
Logré caminar algunos pasos en dirección al baño, de repente perdí la fuerza de todos los músculos de mi cuerpo haciendo que me cayera, ni siquiera podía levantarme. Volverme una clase de lisiada era los menos que necesitaba ahora...
- Tendrías que estar descansando.
Me cargo para ponerme de nuevo en la cama y mirarme como si me estuviera regañando.
- Estoy bien Liu.
- Eso no es cierto, nunca debí haberme ido...
Todo este tiempo que despareció estuvo intentado controlar su ira desenfrenada, había destruido parcelas enteras de bosque en el proceso pero me aseguro que no volvió a matar durante todo ese tiempo. Casi no me lo creí cuando me lo contó pero se que nunca me engañaría.
- Quiero disculparme por el golpe, como esta tu mejilla?
Intento acercarse para acariciarla, yo no me moví del lugar pero se sentía inseguro sobre si acercarse o no. Tomé su mano y la depocite en mi rostro, rozo sus dedos en un tierno gesto mientras miraba con atención mi reacción. Ya que no estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, me sonroje y baje un poco la cabeza avergonzada por su cercanía.
- Como fue que entraste?
- Tu madre me dejó entrar, se veía feliz.
- Si, esta contenta de que la feliciten por tener una hija tan valiente. Por cierto, no te agradecí por haber salvado a los niños...
- Esta bien, era mi forma de disculparme. No reaccione muy bien cuando dijiste la realidad, nunca lo hacemos cierto?
- No mucho, pero estoy feliz de que hayas dejado de matar...
- Susan lo hubiera querido, y se que tú también lo deseabas.
- Necesito un favor...
- Dime.
- Enséñame a pelear.
Pasaron algunos meses para que estuviera en forma. En el trayecto de ese tiempo entrenaba las 24 horas con Liu, me había enseñado mis puntos fuertes y débiles, pasaron semanas para que estuviera lista para luchar con él en serio. Terminé con el hombro dislocado y un fuerte dolor en las costillas pero no era la única, Liu tenía moretones de todos mis golpes y el labio le sangraba. Según él mi fuerza era mi mayor ventaja, así que me busco una arma acorde a mi experiencia.
Mantenía contacto con Angela siempre que podía. Ella estaba al tanto de todo lo sucedido, después de leer la historia de cada uno y en especial la de Liu, quiso conocerlo en persona. Llegamos de imprevisto a su casa el día siguiente, quería sorprenderla ya que hacia algún tiempo que no la veía. Ni siquiera toque la puerta, entre corriendo para dirigente a su habitación, la encontré atada en una silla mientras lloraba cuando me vio quiso hablar pero no podía al tener un cinta cubriendo se boca, me aparte a un lado deteniendo el golpe del cuchillo de Jeff, lo arroje contra la ventana haciendo que se rompiera con un gran estruendo.
- Liu sacala de aquí.
Me pare en la borde de la ventana y caí como los gatos, siempre de pie. Miré que Jeff estaba intentandose incorporar cuando recibió otro golpe de mis puños haciéndolo chocar contra un árbol, me acerque a él de nuevo para tomarlo por el cuello y arrojarlo a unos metros de distancia, una mano me sujeto.
- Sueltame Liu.
Golpee sin descanso a Jeff hasta que se dejó de reír. Una y otra vez mis manos de manchaban con su sangre pero no era suficiente...
- No me importa que cosa seas Jeff, juro que te detendré cada vez que quieras matar a un inocente. Jamás volveré a perdonarte la vida, así que te voy advertir esto... No vuelvas a tocar a las personas que me importan!!! Si lo haces seré más fuerte que tus demonios y acabaré contigo.
Sentí una lágrima correr por mi mejilla y la seque con rabia. Odiaba esto, por mucho que fuera un asesino nunca me había gustado derramar sangre pero si era por los que me importaban no dudaría ni un segundo. Aún oí a esa pequeña voz diciendo que no lo lastimara, si de verdad lo hubiera querido matar hubiera concentrado mis golpes en su pecho y no en su rostro.
- Acabaré con todos ustedes si vuelven a derrabar sangre.
- Oíste esto Liu? Cuídate porque puedes ser el siguiente en la lista.
Despareció después de haberle dicho eso a su hermano. Entre en la casa con Liu caminando a mi lado, vi a Angela sentada en un sillón mientras se mordía las uñas ansiosa.
- Oh dios mío estas bien!!!
Corrió a abrazarme mientras lloraba, sabía que estaba asustada pero no la volvería a dejar sola nunca más.
- Estarás bien.
- Vi todo desde aquí, te has vuelto muy fuerte.
- Era necesario, Liu me ayudó mucho..
- Así que ese es el hermano de Jeff, es más guapo sin duda. Y que hay debajo del cubrebocas?
- No tuviste suficiente con Jeff, si casi te da un infarto cuando lo conoces.
- Está tan mal?
- Mmm no es eso, vale. Liu podrías quitarte la mascarilla por favor.
Me miró unos breves instantes, asentí con la cabeza y la guardo en el bolsillo de sus jeans dejando expuesto su rostro. Angela estaba algo sorprendida pero no parecía asustada, el motivo seguramente es que a pesar de tener algunas cicatrices cocidas con hilos, eran demasiado finas para que se notarán mucho además, Liu no tenía aspecto de asesino en serie y parecía alguien más normal en estos últimos meses.
- Puedo tocarlo?
- Angela ya basta, él no es algo en exhibición.
- Lo siento Liu.
- Está bien.
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Wrapped in blood
TerrorCuando descubrí a este personaje supe que tenía que hacer una historia del... La muerte siempre rodea Jeff pero esta no es una historia donde nuestro asesino favorito se vuelve bueno... O no, eso nunca pasará... Al encontrarse una chica que todo su...