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– Si te dejo "ayudarme" vas a dejar de acosarme como maldito pervertido.

– Por supuesto.

– Te vienes conmigo mañana. – Quentin puso una cara extraña – O sea, a mi casa, vienes conmigo mañana. ¡Agh, que imbécil eres!

Q U E E R. | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora