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Timothee caminaba despacio junto a Amber, su prima. Habían pasado toda la tarde junto a Elliott y Quentin y justo ahora se sentía bastante feliz, había una especie de "satisfacción" dentro de el.

— ¿Cómo es que tienes un departamento para ti solo? Yo aún vivo con mis padres, es una vergüenza.

— Mi papá me lo regaló en mi cumpleaños, el de verdad está desesperado por volver — Amber lo miro expectante — no tengo ningún interés en eso, pero realmente ocupaba un lugar en donde quedarme.

— Ojalá tuviera un papá millonario y lleno de culpa.

— Mi papá no es millonario, pero si está lleno de culpa.

Ambos rieron tontamente y siguieron bromeando hasta que llegaron al departamento. Entraron y se tumbaron en la enorme cama.

— ¿De qué hablabas con Elliott? Ya sabes, antes de que interrumpiera.

— Cierto, siempre voy a odiarte un poco por eso — le dio un pequeño golpe —. Solo hablábamos de nuestras vidas y también nos besábamos.

Amber soltó una carcajada y se incorporo para mirar a su primo con una sonrisa traviesa.

— No desperdicias el tiempo ¿Verdad? Es tu primer día y ya te besaste con alguien.

— No me bese con alguien, me bese con Elliott. Creo que es millones de veces mejor.

Amber lo miro contenta, amaba ver a su primo feliz. Amaba a su primo, habían crecido juntos desde pequeños y eran como el hermano o la hermana que el otro nunca tuvo. Sabía que Timothee la había pasado mal muchas veces, sabía que sus padres nunca habían sido los mejores aunque cagaban dinero. Estaba feliz de ver a su primo superar todo aquello y crecer como persona, se sentía orgullosa.

— Y ¿Que hay de Quentin? — pregunto Amber tratando de no darle importancia a la pregunta.

Timothee sonrió mientras servía jugo en dos vasos. Le pareció gracioso haber oído la misma pregunta dos veces el mismo día.

— ¿A qué te refieres? ¿Qué hay con el?

— No lo se ¿Ya no sientes nada por el verdad?

Esa pregunta lo revolvió un poco, habían pasado ya tres años desde lo que pasó con Quentin y muy pocas veces había pensado en qué era lo que sentía por el. No podía decir "nada" porque se mentiría a si mismo. Lo quería y no debería estar mal admitirlo porque después de todo, Quentin era su amigo.

— Somos amigos — dijo — lo quiero, hemos estado hablando a diario durante estos tres años ¿Es normal no?

Amber tomo el jugo y lo miro como si intentará ver más allá de lo que su boca decía.

— Es normal, si. Lo que no es normal es mantenerte en contacto, a diario, durante tres años con tu ex novio. El que por cierto no te trato muy bien.

— ¿Y por qué no? Terminamos bien, es normal ser amigos.

— No terminaron bien Timothee, no creí que fueras tan bobo. Entonces respóndeme esto ¿Cómo te sentirías si el no te hubiera hablado todo este tiempo? ¿Cómo seria verlo de nuevo?

Timothee trato de plantearse la idea pero no conseguía imaginarlo, el echo de hablar con Quentin le había ayudado mucho. Si el no le hubiera hablado suponía que volver a verlo hubiera sido un gran golpe también, porque Quentin seguía casi igual a como lo recordaba. Seguía siendo de alguna forma el Quentin del que se había enamorado tanto al punto de arrodillarse por el.

— No quiero hablar de esto Am, vamos a dormir ¿Si?

Su prima no insistió y el se sintió aliviado de alguna forma. La adoraba pero Amber tenía cierta habilidad para ver más allá de las palabras que salían de tu boca y eso le asustaba, le asustaba no estar seguro de sus sentimientos porque justo ahora ni el mismo los entendía.

Se tumbó en el sillón y se cubrió con una manta, trato de dormir pero le fue imposible. En su cabeza iban y venían dos nombres que hasta hace poco no le habían quitado el sueño.

Elliott y Quentin.

Recordaba esa sensación, ya había pasado por esto antes. Se sentía culpable y como una basura por ello, odiaba el echo de pensar en dos personas al mismo tiempo y aunque le costará admitirlo, también sentir algo por ellas al mismo tiempo. Su celular vibró en la mesa de centro.

¿Estás despierto? No puedo dormir, ven al campus. Me escaparé, quiero verte.

Releyó un par de veces más el mensaje pensando seriamente en no ir pero al final ningún pensamiento pudo con el. Se puso sus zapatos y tomo su chaqueta, no quiso despertar a su prima así que se fue sin avisar. Su departamento quedaba practicante a un par de cuadras de la universidad. Una ves que estuvo ahí un pequeño chico lo esperaba en la parada de autobuses.

— Creí que no vendrías.

— Si, yo también lo creí.

Quentin dejo ver una sonrisa burlona y después comenzó a caminar, Timothee no pregunto, se limito a seguirlo.

— Quiero leche de chocolate, no puedo dormir si no tengo lo que quiero.

Llegamos a una tienda de autoservicio y Quentin tomo una pequeña caja café, Timothee la pago y ambos salieron para sentarse afuera de la tienda.

— ¿Por que querías verme? — pregunto.

Quentin abrazo sus piernas, el frío empezaba a golpear con más fuerza.

— No se, no me preguntes — Q no lo miro, tenía la vista perdida en el estacionamiento vacío — ni siquiera quería esta estúpida leche. Ya no se que es lo que quiero Timothee, es todo tu culpa.

— ¿Qué? ¿Por qué mi culpa? No se de que hablas, se más claro.

Quentin quiso buscar las palabras pero no las había, porque no sabía que quería expresar, ¿Cuando su vida se había convertido en esto? Sabía que no se trataba de la llegada de Timothee, porque la sensación ya llevaba ahí un largo tiempo.

— Soy un licuado de emociones — dijo, después se echó a llorar como si su vida dependiese de ello.

Timothee no hablo, no dijo ni una sola palabra. Se limito a abrazarlo despacio tratando de no interrumpir su llanto, no sabía porque lloraba pero si sabía que Quentin lo necesitaba así que lo dejo hacerlo hasta que se canso.

— Timothee — dijo aún entre berreos — sigo enamorado de ti.

Aún sin apartarlo de su lado T cerro sus ojos y exhaló, se temía que en algún momento Quentin pronunciará aquello.

— Lo se — y era cierto, Timothee siempre lo había sabido.

— Timothee — el pequeño chico entre sus brazos volvió a hablar — estoy enamorado de Elliott también.






Q U E E R. | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora