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— ¿Te sientes mejor o deberíamos meditar?

— ¿Meditar?

— Escuché que sirve, lo siento. No sé que hace Elliott cuando tienes episodios.

Quentin meneo la cuchara para revolver el té que tenía entre sus manos, Amber lo había preparado para el. Empezaba a sentirse mejor e incluso el sueño había regresado a el.

— ¿A dónde fue Timothee?

Pregunto pero no hubo respuesta por parte de Amber, no volvió a insistir porque sabía que está no le diría nada. Se puso los zapatos y la sudadera también.

— Me voy a mi dormitorio ya, Elliott debe estar preocupado. Gracias por cuidarme Amber, también dale gracias a Timothee de mi parte.

— Quentin — Amber lo tomo del brazo

— Me siento mejor, quiero ir a mi habitación y dormir ahí, por favor podrías soltarme.

La voz se le había quebrado y estaba seguro que comenzaría a llorar en cualquier momento.

— Q — insistió Amber —, ambos lo sabemos, no me hagas decirlo en voz alta.

— ¿Decir que cosa? No sé de qué hablas.

Tiro del agarre de la chica bruscamente y consiguió zafarse, se apresuró hasta la puerta y la abrió.

— Está con Elliott, Timothee está con Elliott y lo sabes perfectamente. Puedes quedarte a dormir aquí está noche y hacerles un favor, no se han visto en tres años.

— Exactamente no lo crees — giro hacía ella — no se han visto en tres años, ni siquiera cruzaron una palabra en todo ese tiempo. Elliott estuvo junto a mi estos últimos años, estuvo para mí y yo para el así como también estuve para Timothee, hablo conmigo a diario por tres años consecutivos y siempre tuvimos un tema de conversación, podíamos pasar horas hablando y aún así yo estoy aquí y ellos allá. Realmente creí que podía hacer esto, que podía ser simplemente el amigo agradable que se alegra por la felicidad de los demás pero no puedo.

Al final Quentin volvió a desbordarse una vez más. Ni siquiera el sabía cuánto llevaba adentro, ni cuánto tiempo lo había contenido. Se dejó caer sobre la puerta haciendo que está volviera a cerrarse y comenzó a llorar.

— Soy egoísta, ya se que lo soy. Soy un persona horrible y también lo se y aún así no estoy haciendo nada para evitarlo. Trate tan mal a Elliott en el pasado y lastime a Timothee, lo lastime tanto que el ni siquiera debió volver a dirigirme la palabra y aún así lo hizo no se porque razón y qué hago yo, voy y me enamoró del chico del que el está perdidamente enamorado. No debí acercarme nunca a el, no debí hablar con Elliott jamás, debí mantenerme alejado de ellos.

Amber se apresuró a sentarse en el suelo junto a el, limpio su rostro y trato de abrazarlo. Ella lo sabía desde hacía bastante tiempo, sabía leer a las personas bastante bien y algo le decía que Quentin no era el único enamorado de la situación.

— ¿Por qué te enamoraste de el? ¿Es por qué quieres molestar a Timothee?

Estaba segura que no era así, Quentin había cambiado y ya no era ese tipo de persona pero quería llegar al fondo de todo esto e intentar ayudar si le era posible, no dejaría que lastimaran a su primo una vez más.

— Claro que no, jamás pensé en algo como eso. Solo sucedió y jamás lo comprenderé porque Elliott es todo menos mi tipo, quizá es el último chico por el que creí sentiré algo — y no mentía, jamás estuvo en sus paneles —. Lo veía de vez en cuando en la universidad y no podía evitar estar molesto con el, aún no visitaba a la consejera así que una parte de mi seguía creyendo que era su culpa.  Después comenzamos a saludarnos como si empezáramos a perdonarnos mutuamente. Moría de ganas por saber su relación con Timothee así que busque a T y el se porto tan amable conmigo, como si yo nunca hubiera sido una completa mierda con el.

— ¿Y le preguntaste acera de su relación con Elliott?

— Si, el me dijo que no tenían contacto ya que Elliott se dedicaba a ignorarlo. Así que simplemente sentí curiosidad y empecé a hablar con Elliott, primero sutilmente y no mucho después ya éramos amigos y olvide la razón principal por la que me acerque a el y jamás lo volví a mencionar. Paso algo parecido con Timothee, comenzamos hablando de Elliott, le contaba de el y era nuestro único tema hasta que cesó y comenzamos a hablar en serio. No pude evitarlo, Timothee siempre tendrá algo que le falta a todos los demás.

— ¿Una cantidad obscena de dinero?

— No, quizá en algún momento pero  en realidad ya no me interesa en la más mínimo. Timothee es, no lo sé, es Timothee, ni siquiera puedo describirlo correctamente.

— Inténtalo, de verdad me gustaría saberlo. Quiero saber cómo se ve mi primo ante tus ojos.

— Cuando lo vi por primera vez creí que era un tipo malditamente atractivo como muchos otros, luego me di cuenta que también era un imbécil, sin ofender.

— No ofendes, si lo era, pero eso jamás justificara lo que le hiciste. Podría ser un imbécil pero aún así te quiso bastante, más allá de lo que podrías imaginar, enfrentó a su papá por ti y créeme cuando te digo que mi tío era aterrador en serio. Y siempre respeto su relación incluso después de enterarse que tú dejaste de hacerlo, no importa lo que hayas creído, conozco a mi primo y se que fue así. Ahora se que tienes problemas graves y aunque siga sin justificarlo puedo ser empática contigo, pero en ese tiempo realmente quería patear tu linda cara.

— Debiste patearla, lo merecía. Volviendo al tema, después me di cuenta que en realidad no era tan imbécil como pensaba y después empezó a portarse de esa forma en la que nunca antes alguien se había portado conmigo. Tuvo las mínimas muestras de afecto y cariño hacia mí y me asusté, nunca había tenido algo como eso así que no supe manejarlo. Primero lo aleje y solo lo lastime así que trate de enmendarlo pero Timothee empezó a hablar de una relación a largo plazo, de una vida futura y de un amor duradero y el pánico me inundó una vez más. Me aburro fácilmente de todo, no puedo mantener el interés por mucho y solo termine lastimandolo de nuevo y finalmente lo perdí.

— ¿Por qué te aburres de todo? Quiero decir, realmente pensé que querías a mi primo, ¿Cómo puedes aburrirte de algo que quieres?

— Después de lo que pasó con Timothee, decidí buscar ayuda. En un inicio me dijeron que quizá eran principios de bipolaridad por la búsqueda constante de actividad sexual, pero no fue así, padezco de síndrome de boreout. Es lo que me lleva a aburrirme de todo y de todos,  tiene otros síntomas como ansiedad, depresión, estrés, despersonalización y conductas agresivas. Aunque cuando no tenía novio estaba en mi derecho de buscar distintas parejas lo mío se había convertido en un problema y más allá de lo sexual y romántico había empezado a perder el interés en todo.

— ¿Por qué no intentaste buscar ayuda antes? Digo, esa mierda suena seria y yo no tengo ningún conocimiento, creo que es perfectamente entendible pero no justificable, Timothee no merecía eso.

— Crecí con eso. Es difícil aceptar que algo que a estado ahí toda tu vida puede estar mal. Hablé de eso solo con Elliott y el me ayudó mucho, probablemente fue la primera cosa que me hizo enamorarme de el. Te juro que no estaba en mis planes, no quería que pasara y aún así paso y me siento muy culpable porque se que Timothee y Elliott han esperado bastante el uno con el otro pero no puedo evitarlo, de verdad que no.

— Creo que es un poco egoísta de tu parte. Simplemente aléjate de su relación, no debe ser tan difícil, si realmente los quieres a ambos querrás lo mejor para ellos y sabemos que lo mejor no eres tú Quentin. Debes trabajar en ti mismo antes de estar con cualquier persona, una enfermedad mental nunca la curará el amor de alguien más y tampoco justifica tratar mal a los demás.

Quentin no dijo nada, se limito a dejar que las lágrimas escaparan de sus ojos. Dolía, por supuesto que dolía pero sabía que Amber tenía razón en todas y cada una de las palabras que dijo. Incluso le sorprendió lo acertada que la chica estaba exceptuando un punto, si era difícil alejarse de ellos. Más aún porque no entendía sus propias emociones, porque no sabía a quién quería en realidad y no creía que fuera posible que quisiera a los dos.

— Me voy a casa ya, no quiero estar aquí y quiero dormir.

Amber se quedó en silencio observando como el chico se incorporaba del piso y abría una vez más la puerta para después desaparecer tras ella. No lo evitó, no le correspondía después de todo y de alguna forma tenían que arreglar el nudo de emociones que tenía atrapado a esos tres.

Q U E E R. | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora