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Quentin vio de lejos a Timothée junto a un chico bajito, el mismo que aparecía en las fotos de este.

Reunió toda la fuerza que pudo para caminar hasta la pareja, una vez que llegó vio a Timothée carcajearse junto con aquel chico y se dio cuánta que nunca lo vio reírse de esa forma estando con el.

– Timothée, ¿Podemos hablar?

El corazón de T dio un vuelvo al escuchar la voz de Quentin tan cerca, lo miro, se veía tan bonito como siempre. Llevaba una de sus sudaderas y el cabello revuelto.

– Si, ¿Qué pasa?

Quentin le lanzo una mirada al chico a su lado.

– A solas.

– T-timmy yo ya tengo que ir a clase, te veo después. Adiós

Timothée pensó un momento en si estaba bien besarlo enfrente de Quentin, termino por darle un beso rápido en la mejilla y el chico se fue sonriendo mientras Quentin se limito a poner los ojos en blanco.

– Bien, ¿Qué pasa?

Quentin quiso memorizar cada parte de el y guardarlo en su memoria por si las cosas no salían bien no tener que volver a dirigirle la mirada nunca más, miró sus bonitos ojos claros y su cabello que aunque parecía no peinar se veía perfecto. Miró sus derechos dientes blancos y la sudadera amarilla que llevaba bajo la chaqueta de mezclilla, ojalá hubiera podido ver su trasero una última vez.

– Me gustas mucho, no me gustas como cualquier otro de los tipos con los que e estado. No supe cómo reaccionar la última noche que hablamos porque nunca nadie a querido nada más allá de sexo conmigo así que me aterra, siento mucho si te hice sentir mal.

Timothée no dijo nada, durante tanto tiempo rogó que algo como eso pasara pero ahora que estaba sucediendo se sentía distinto, dolía.

– N-no. – dijo

– ¿No? – Quentin estaba confundido

– No te gustó, solo te gusta gustarme y ahora que ya no tienes mi atención vienes y me dices esa clase de cosas que duelen bastante, yo te quiero en serio, por favor no juegues conmigo Quentin. – La voz de Timothée parecía cortarse – Si era todo lo que tenías que decir, tengo que irme.

Quentin no pudo decir nada más, se imagino cientos de situaciones de como podía terminar su confesión excepto está, el pecho le dolía y las manos le temblaban, vio a Timothée alejarse hasta que lo perdió de vista.

¿Eso era todo?

¿Lo iba a dejar ir así de fácil?

No quería, pero no sabía que más podía hacer.

De repente en el surgió una idea aunque no sabía si podría funcionar, se decidió, ese día no entraría a clases.

Fue a casa de Timothée, creyó que solo había una persona que lo podía ayudar.

Q U E E R. | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora