VII.

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El francés se encontraba colocándose el poleron, hace poco había despertado luego de haber llegado de su turno nocturno. Al menos agradecía que Víktor estaba en trance de dolor que no se dio cuenta de la faja que usaba, pero debía comenzar a ser más cuidadoso.

Suspiró para caminar hacia la cama del ruso, con cuidado se sentó en la orilla y comenzó acariciar su cabello, se podía notar que el ruso aún tenía sus ojos hinchados pero su rostro estaba tranquilo.

Con cuidado se acercó a él para dejarle un beso en la frente y se levantó nuevamente, Conway vendría pronto a cuidarlo; antes de salir del departamento tomó su celular para llamar a alguien

-¿Kylie? Hola...

Estaba sentado mientras tomaba su batido de fresa, cuando piso el centro comercial se le había antojado tomar uno, y no podía decirle que no a tener por primera vez luego de cuatro meses un antojo. Alzó su cabeza cuando una sombra se paró frente a él, sonrió a verla.

-¿Cómo estás?
-Mejor que anoche
-Ven, déjame darte un abrazo

Horacio se levantó para abrazar fuertemente a Kylie quién rió despacio en su oído.

-¿Cómo está el ruso? -preguntó la chica-
-Estará bien, Conway fue a cuidarlo.
-Dime que ya supo que será papá.

El francés negó con cabeza y Kylie hizo un puchero en sus labios.

-Pero te llamé para hablar de él, venga, vamos a comprar ropa. Las penas se pasan comprando ropa.

Kylie lo miró con una ceja alzada y luego se colocó a reír, asintió con su cabeza para tomar el brazo que el de cresta le ofrecía, los dos se adentraron al centro comercial entre risas.

Horacio estaba mirando la zona de los bebés, Kylie llegó a su lado y sonrió, con cuidado la alfa comenzó a ver ropa sin que el de cresta se diera cuenta hasta que encontró un traje de color azul que le encantó.

-Horacio, cierra los ojos.

El de cresta miró a la chica que tenía una sonrisa, suspiró para cerrar los ojos.

-Abrelos.

El francés abrió los ojos cuando la alfa lo demandó y sus ojos se llenaron de lágrimas al ver tan precioso traje.

-Kylie...
-Hoy vamos a comprar cosas para él o la bebé, créeme que eso me haría muy bien
-Pero, yo quería que fuese para ti.
-Y lo agradezco Horacio, pero si tú me dejas empezar ayudarte con esto, créeme que me haría muy feliz.

Una suave risa salió del chico, la castaña se acercó para secar las lágrimas del mayor, los dos rieron felices.

-Esta bien, compremos ropa para frijolito

Kylie chilló emocionada y Horacio sonrió feliz mientras los dos comenzaban adentrarse a las muchas tiendas de ropa de bebé que había en aquel centro comercial.
-Horacio -murmuró la chica cuando estaba mirando un chaleco-
-Dime
-Yo estoy enamorada de Greco, pero tranquilo, sé que Greco está enamorado de Gustabo.

El de cresta abrió la boca sorprendido, de verdad que esa mujer se merecía el cielo

Horacio manejaba hacia el hospital, iba nervioso, además que la parte trasera de su vehículo iban muchas bolsas, con Kylie se habían pasado en comprar tantas cosas.

Bajó hacia el garaje del hospital, estacionó el auto, movió un poco su espejo para poder mirarse.

-Hay que enfrentar los problemas, Horacio, no comérselos, esta vez no.

Suspiró para colocarse la gorra del chaleco y salir de auto, avanzó con rápido hacía el auto, se metió al ascensor y segundos después se abrieron para dejar ver a Isabella que lo esperaba.

-¿Estás listo?
-Si
-Venga, vamos.

Camino detrás de la doctora a paso rápido para poder entrar a la sala de emergencia y luego ir hacia una de las habitaciones del consultorio.

Se acostó en la camilla.

-Tengo miedo.
-Yo te dije que vinieras con alguien
-Estoy contigo

Isa sonrió para levantar con cuidado el poleron y la polera de Horacio el cual abrió su faja dejando ver a su abultado vientre de cuatro meses, el gel frío lo hizo temblar un poco pero aguantó, segundos después veía como Isa comenzaba a mover el transductor ecográfico por su vientre, la castaña estaba demasiado callada.

-Isa ¿Qué pasa?

Pero la doctora no respondió mientras seguía viendo hacia la máquina, giró su cabeza para ver pero no entendía que pasaba.

-Horacio, son dos.
-¿Dos qué? ¿En dos meses lo tendré?
-No Horacio, creo que tendrás que comprar cuna doble. Son mellizos

Dos
Cuna doble.
Mellizos.

-¡No me jodas que voy a tener dos bebés! ¡Te voy a matar Víktor Volkov!

Una corriente eléctrica cruzó por la espalda de Volkov el cual se movió incómodo en la cama donde estaba.

-¿Qué te pasa, capullo? -preguntó Conway-

-Nada, pero sentí como una amenaza de muerte, suposiciones mías.

Se encogió de hombros el ruso. Horacio dejó caer su cabeza en la camilla de aquel hospital; de verdad que iba a matar a Viktor Volkov por hacerlo tener dos frijolitos.

-Puto ruso de mierda, hasta en el puto sexo tienes buena puntería, hijo de puta.

Murmuró con bastante amor y cariño el francés.

"-¡No dejen a Horacio solo."
"-H, manda tu posición cada medio minuto ¡La puta madre que alguien vaya al flanqueado de Horacio"
"-¡Le dispararon! ¡Horacio abatido!"
"-¡Ha entrado en un paro!"
"-Horacio, por favor, no me dejes, abre tus ojos, Solntse, ¡No, Horacio!"


Lunar ||Volkacio Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora