XII.

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Habían pasado dos semanas desde que había despertado en aquella cama de hospital y lo peor, tenía reposo absoluto así que poco podía hacer. Aquel día le daban el alta médica, días antes había tenido una pelea con Volkov porque quería que fuese a vivir a su departamento y se lo agradecía, pero prefería vivir en su casa, se sentía más tranquilo allí y además que en casa tenía...eso. Estaba sentado en el sofá esperando a que Greco viniese a buscarlo, Conway tenía la nariz quebrada y de castigo le había impuesto a Volkov que se encargará de la comisaría así que el ruso estaba como comisario jefe hasta la llegada del superintendente y eso reducía considerablemente sus horas libres.

—¡Llegue! Hola Horacio

El de cresta alzó su cabeza para mirar a Greco con una sonrisa. 

—Hola Greco, gracias por venir a buscarme.

—No des las gracias, Volkov me amenazó así que tuve que venir, aunque tampoco diría que no

Una suave risa se escucho por ambas partes, Greco colocó la silla de ruedas al lado de Horacio para ayudarlo a sentarse y luego tomó su bolso, pronto estuvieron caminando por los pasillos hasta la salida donde se encontraba Isabella esperándolo con una sonrisa.

—¡Te voy a echar muchísimo de menos!

—Yo también a ti, pero me irás a ver a casa, tranquila

—Cuídate ¿Sí? Cualquier cosa me llamas.

—Greco ¿Crees que podamos ir a Comisaria?

—¿Y eso?

—Es que Kylie me tiene que entregar algo, pero hoy hará doble turno, por favor, es importante.

Dijo con un puchero mientras miraba al de barbas el cual suspiró. 

—Chantajeas igual que tu hermano, venga, vamos. Si se enoja Volkov tu das explicaciones eh.

—No se va a enojar, creo

Murmuró con una sonrisa, Greco encendió el auto para empezar a conducir.

—Con cuidado, afírmate de mí, eso.

—Greco, tengo dos bebes dentro, no estoy invalido

—Estas convaleciente, silencio. Venga un escalón más, bien.

Horacio rió con alegría, de verdad que le daba mucha risa lo sobreprotector que era Greco, el comisario abrió la puerta y entró en la comisaría, tragó en seco cuando vio a tantas miradas sobre él, había sido una mala idea ir. Su labio inferior tembló.

—¡Horacio!

Fue un grito colectivo que lo hizo sorprenderse, los agentes que estaban en ese momento se acercaron para saludarlo y saber como estaba, aunque claramente lo hicieron a una distancia prudente para no molestarle

—¿Cómo te encuentras? -preguntó Nikolai

—Cansado la verdad -sonrió.

—¡Pero dejen que se sienten, tontos! -murmuró Luis haciendo que todos se movieran para que sentara-

Iba a dar un paso cuando Gustabo pasó por el lado arreglándose la chaqueta, sonrió feliz.

—¡Gustabo!

Fue un error, Gustabo lo miró tan gélidamente que deseó haber muerto en esa redada, el rubio seguía enojado con él, suspiro. Le dolía que el chico estuviese aún enojado con él ¿Qué más podía hacer para que lo perdonara? Había intentado todo y todo era rechazo

Se sentó en la silla con los ánimos bajos, hasta que escuchó a Leónidas decir que Kylie estaba en los camerinos, así que se levantó para caminar a ese lugar, abrió la puerta y sonrió al ver a su amiga.

Lunar ||Volkacio Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora