Lunar ||Volkacio Omegaverse.

VIII

Se sentó en la cama sobresaltado mirando hacia todas partes, estaba en su habitación oscura, suspiró pasando una mano por su rostro, Horacio estaba bien.

Se acostó nuevamente en la cama para poder tomar su celular, podía escuchar a Conway roncar en la otra habitación así que suponía que no era más de las 4 de la mañana, al ver la hora suspiró, eran las 2 de la mañana; solo había dormido dos horas y sabía que no iba a poder dormir más. Desde hace un mes el superintendente dormía en su departamento vigilando que no cayera en una depresión o comenzará a tomar de más, así que simplemente lo ignoraba. Se giró en la cama mirando hacia el ventanal, solo estaba preocupado por la redada que iba a ver aquel día.

Estaba sentado frente a Conway que conversaba con Greco, no estaba prestando atención a lo que su jefe decía en aquel minuto. Tenía su codo apoyado en la mesa y su mano cerrada en un puño sostenía su cabeza.

—Volkov.
—¿Mmmh?
—¿Qué es lo que pasa? -preguntó Greco-
—No es nada, no dormí bien anoche.
—¿Desde cuándo tu duermes bien? -preguntó el superintendente.

Volkov solo le mostró el dedo del medio para acomodarse en el asiento cuando la puerta fue abierta, giró su cabeza y sin querer una sonrisa se formó en sus labios al ver que entraba Horacio, detrás de él entraba Gustabo pero ese no me importaba mucho.

—Buenaaaaaas. -saludo Horacio-
—¿Qué pasa Papu y comisarios?
—Gustabo y Horacio, se demoraron 15 minutos en llegar aquí.
—Es que Horacio quería un pie de limón, Papu.
—Fue mi culpa

Comentaron los dos hermanos rápidamente, Greco soltó una pequeña risa y Volkov negó con su cabeza. Conway solo suspiró.

—Ya basta de hablar, capullos. Se van a ir a colocar el traje de intervención; Horacio vas con fusil porque vas de tirador junto con Volkov, solo que el llevará la carabina.

—10-4 Papu.

Respondió emocionado el de cresta, Volkov rápidamente giró su cabeza para mirar al superintendente, quería preguntarle si era seguro aquello, si Horacio iba de tirador junto con él no podría mantenerlo en su perímetro y tendría que irse con otro grupo.

—No me mires así, Volkov. Horacio es uno de los mejores disparando y lo sabes.

—Lo sé, solo que me preocupa no tenerlo cerca de mi perímetro por primera vez.

Comentó sin pensar el ruso, la sala se quedó en silencio absoluto y Volkov recién cayó en cuenta lo que había dicho, carraspeo.

—Ya sabe que los fleeca y robos o QRR somos compañeros, nos cuidamos la espalda por eso mi preocupación.
—Tranquilo Rusky, que tú novio estará bien. -comentó Greco comenzando a reírse.
—Заткнись, сукин сын.
—Ya, antes de que Volkov comience a invocar a Satanás, vayan andando que voy a ordenar la malla.

Gustabo y Horacio salieron corriendo entre risas, Greco salió con una sonrisa divertida, Víktor miró entonces a Conway una vez más.

—¿Esta seguro de esto?
—Volkov, no le va a pasar nada a Horacio.
—Tengo un mal presentimiento, Conway y sabe que solo he tenido dos, uno cuando falleció Aleksandra y el segundo cuando falleció Ivanov.

Conway suspiró pasando una mano por su rostro y asintiendo.

—Lo sé, pero confía en mí, capullo.

El alfa intentó decirle algo más, pero simplemente se lo guardo, se levanto de su asiento y en silencio salió de la habitación.

La tormenta estaba en su punto máximo, Víktor empezaba a caminar en círculos mientras escuchaba a Conway hablar por radio. El barrio de los rojos estaba rodeado, el superintendente daba la orden y comenzaban a entrar.