Tomados de la mano, se dirigieron a su departamento en silencio. Lucila podía sentir cómo su corazón latía desbocado contra su pecho mientras intentaba disimular el efecto que la sola idea de lo que estaba por suceder le provocaba. Hacía meses que su piel clamaba a gritos por volver a ser acariciada y besada por él, y ahora que ese momento por fin había llegado, nada la detendría, ni siquiera el miedo.
Lo soltó para abrir la puerta. Las manos le temblaban evidenciando aún más su inquietud. Maldijo por dentro al sentir los estúpidos nervios que parecían haberse apoderado de ella y sin mirarlo por temor de que se diera cuenta de lo que le pasaba, continuó caminando en dirección a la cocina. ¿Para qué? No tenía la más mínima idea.
Lucas la observó, callado. Podía ver que estaba nerviosa y lejos de refrenarlo, su repentina timidez lo estimuló más, si acaso eso era posible. Se apresuró a cerrar la puerta tras él y se acercó despacio. Ella se encontraba de pie frente a la mesada de la pequeña cocina. Acababa de llenar la cafetera y ahora conectaba su celular a los parlantes para reproducir música. Era evidente que buscaba tener las manos ocupadas. Sonrió al pensar en algo mucho más interesante que podría hacer con ellas.
Incapaz de mantenerse quieta, abrió la alacena para sacar dos tazas. Entonces, se dio cuenta de lo que estaba haciendo. ¡A él no le gustaba el café! Cerró los ojos e inspiró profundo para serenarse. Necesitaba recuperar el control de sí misma o no haría más que espantarlo por ridícula. Pero entonces, lo oyó acercarse por detrás. Exhaló despacio al sentir el roce de sus dedos sobre su cuello mientras le apartaba el cabello con delicadeza.
—Solo te quiero a vos —le susurró justo antes de apoyar los labios en su hombro.
Se estremeció al sentir el roce de su nariz por su cuello hasta llegar a su oído y se aferró a la mesada con ambas manos.
Lucas advirtió en el acto el efecto causado. Le gustaba la forma tan visceral en la que siempre reaccionaba a él. Eso le demostraba que ella también lo deseaba. Inspiró profundo al reconocer su dulce perfume, ese que había quedado impregnado —incluso mucho después de su partida—, en las sábanas de la cama de aquella habitación de hotel donde había vivido la mejor noche de su vida.
Se aferró a su cintura ante el recuerdo y la apretó contra su cuerpo como si con ello impidiese que volviera a dejarlo. A pesar de que en ese entonces intentó que no le afectase, jamás había olvidado la desagradable sensación de vacío que lo invadió al comprender que ella se había marchado. En ese instante, en cambio, la tenía justo donde quería y por nada del mundo volvería a dejarla ir.
Un gemido escapó de su boca en cuanto sintió la excitación de él sobre su espalda. Lucas la sujetaba con fuerza, con una brusquedad que no había manifestado hasta el momento manteniéndola aprisionada entre sus brazos. Su agarre era posesivo, intenso, aun así, no la lastimaba; por el contrario, despertaba en ella un ardiente deseo imposible de ignorar. Rendida ante la sublime sensación de sus labios sobre la piel de su cuello, dejó caer la cabeza hacia un costado para darle espacio.
Intentando controlar la fiera necesidad que lo embargó al oírla gemir, la recorrió con su lengua despacio hasta llegar al lóbulo de su oreja. Luego, lo atrapó entre sus dientes y tiró de él con suavidad. ¡Cómo la deseaba! Comprendió entonces que cualquier esfuerzo que hubiese hecho por quitarla de su mente habría estado destinado al fracaso. Ni siquiera habría importado si Julieta no lo hubiese engañado. Lucila era la mujer que siempre había querido a su lado.
Tembló al sentirlo raspar su carne de ese modo tan sensual y, perdida por completo en las deliciosas sensaciones a las que el fuego de su boca la sometía, se arqueó hacia él a la vez que llevó un brazo hacia atrás para sujetar su nuca. Lo oyó gruñir cuando sus dedos se enterraron en su cabello y su centro vibró ante el masculino sonido. La descarga que experimentó la tomó por sorpresa provocando que tirara de su pelo con fuerza.
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Apuesta de amor
RomanceLibro 2 Serie Peligro. ♡ Lucila es una chica sincera, dulce y jovial. Su nuevo trabajo en un hotel en la playa y un departamento frente al mar deberían hacerla feliz; sin embargo, una reciente desilusión la tiene desanimada y se promete a sí misma n...