El momento que tanto había temido finalmente había llegado. En unos minutos emprenderían su partida y, aunque odiaba las despedidas, no podía seguir dilatándolo. Meses atrás, había viajado a la costa, rota, vacía, y sus primos la recibieron con los brazos abiertos recordándole cómo se sentía el pertenecer a un lugar. Aun así, había sabido que sería algo temporal. Por mucho que los amase, su vida no estaba en Villa Gesell. Lo que ignoraba era que tampoco lo hacía en Buenos Aires.
Tras la partida de Daniela y la desilusión vivida con Gabriel, la ciudad se había vuelto demasiado grande y ruidosa. A pesar de que el padre de su amiga fue de gran ayuda, le había resultado muy difícil seguir frecuentando su casa. No hacía más que recordarle que ella ya no estaba allí. Para peor, su ex —si podía llamarlo de esa manera— seguía trabajando para Norberto, por lo que no había forma de que no se cruzase seguido con él.
Ni siquiera lo vivido con Lucas había sido una razón para quedarse. Él vivía en otra provincia y, aunque luego supo que había roto con Julieta, en ese entonces, pensaba que seguía en pareja. Lo único que tal vez podría haberla retenido eran sus padres. Sin embargo, su afán por controlarla hizo que, por el contrario, fuese más fácil tomar la decisión de marcharse. Además, un tiempo en la playa con su familia la ayudaría a encontrar el rumbo perdido.
Sonrió al pensar en todos los lindos momentos compartidos allí. Su tía, dulce y demostrativa, la había llenado de abrazos y mimos, algo tan simple y a su vez tan necesario. Bruno, con su seriedad y extrema responsabilidad, la había cuidado como lo haría un hermano mayor más que un primo y Patricia, su esposa, le había confiado una de las cosas más importantes para ella, la gerencia del restaurante convirtiéndose, además, en una muy buena amiga. Tanto, que, incluso, la había honrado al ponerle su nombre a su bebé.
José, por su parte, luego de haber superado el drama que estaba viviendo con la mujer que amaba, volvió a ser el mismo de siempre y la trató con el mismo cariño que en el pasado demostrándole que, por más que los años pasasen, la relación con ella seguía siendo tan especial como antes. ¿Y qué podía decir de Agustín? El menor de sus primos era un loco lindo que la hacía reír aun sin proponérselo.
De una manera u otra, todos estuvieron para ella y la cobijaron con el amor que solo una familia puede brindar.
—¿Qué pasa, bonita?
Estaba tan ensimismada en sus pensamientos, que se sobresaltó al oír la voz de Lucas de repente. Ni siquiera se había dado cuenta de que había regresado del auto donde había pasado la última media hora guardando el equipaje de ambos.
—No, nada. Solo pensaba en lo mucho que voy a extrañar este lugar.
Él le apartó un mechón que se había soltado de su rodete y lo colocó detrás de su oreja con suavidad.
—Vendremos de visita las veces que quieras —aseguró—. Además, tus primos viajarán a Misiones para la boda en unas semanas.
—¡¿Unas semanas?! —provocó, divertida.
Él arqueó una ceja.
—Tres como máximo.
Se carcajeó. Ya le había advertido, tras proponerle matrimonio frente a toda su familia y amigos, que no quería esperar. Ambos deseaban una ceremonia sencilla y para eso no se requería de tanto tiempo de planificación. Un cura, dos anillos y sus seres más queridos reunidos en un mismo lugar bastaban para unir sus vidas para siempre.
No pudo evitar pensar en la visita sorpresa de sus padres, tres días atrás, y todo lo que había pasado a continuación. Luego de que diera el sí y se besaran como si no hubiese habido un mañana, se habían marchado y aunque en ese momento no permitió que, con su comportamiento, le arruinasen la felicidad que sentía, lo cierto era que le había dolido su desplante. Sin embargo, su tía le aseguró que volverían, que solo necesitaban tiempo para procesar la noticia.
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Apuesta de amor
RomanceLibro 2 Serie Peligro. ♡ Lucila es una chica sincera, dulce y jovial. Su nuevo trabajo en un hotel en la playa y un departamento frente al mar deberían hacerla feliz; sin embargo, una reciente desilusión la tiene desanimada y se promete a sí misma n...