Aprovechando que Lucila estaría ocupada con unas cuestiones de la gerencia del restaurante, Lucas decidió que era un buen momento para revisar las grabaciones de la noche anterior. Tras depositar un suave beso en su frente para no despertarla, salió del departamento y se dirigió a la sala de servidores del hotel.
Hubiese preferido quedarse con ella en la cama y disfrutar a pleno de la compañía de la única mujer que había logrado adueñarse por completo de su corazón; no obstante, no podía ignorar lo que estaba pasando a su alrededor y su necesidad de protegerla terminó imponiéndose. Debía unir, cuanto antes, los cabos sueltos con relación al custodio del intendente.
Mientras avanzaba por el pasillo, pensó en el poco tiempo que le quedaba junto a ella. La cuenta atrás había empezado y el momento de su partida llegaba a pasos agigantados. Sabía que no había forma de que se marchase sin ella, pero Lucila no había expresado tampoco su deseo de acompañarlo. Su familia estaba allí, y aunque de ir con él, tendría a Daniela a su lado, ¿eso sería suficiente para que se decidiera a dejarlo todo?
Dejando de lado tales pensamientos pesimistas, se sentó frente a la computadora para entrar en el sistema y comprobar que no hubiese habido ningún intento de intrusión no autorizado. Por fortuna, todo estaba en orden, por lo que procedió a abrir los archivos de las filmaciones de las cámaras externas, las cuales habían sido las que registraron los dudosos intercambios.
En esta oportunidad, sabía que no le llevaría tanto tiempo como la vez anterior porque eran muchas menos horas las que debía revisar. Aun así, era consciente de que estaría allí el resto de la mañana. Se lamentó por no poder aprovechar cada minuto al lado de Lucila. Quería besarla y acariciarla en todo momento, memorizar cada rincón de su cuerpo, cada una de sus deliciosas curvas, cada centímetro de su blanca y suave piel.
Sonrió al sentir cómo su cuerpo despertaba solo con pensarla y negó con su cabeza, derrotado. Ninguna otra mujer había provocado nunca antes una reacción tan intensa en él. Ni siquiera Julieta, de quien había creído estar enamorado, había calado tan hondo y comprendió que no fue hasta que Lucila entró en su vida, que conoció el amor en verdad. Suspiró. Tal vez, había llegado el momento de que hablasen sobre el futuro.
La repentina vibración de su celular dentro del bolsillo de su pantalón, lo sacó de sus cavilaciones. Un escalofrío lo recorrió al ver el nombre su compañero en la pantalla. Pablo le había dicho que lo llamaría en cuanto encontrase algo más, lo que no esperaba era que eso sucediese tan rápido. Después de todo, de los dos, el experto en rastrear información era él.
—Pablo —saludó, expectante.
—¿Podés hablar? —preguntó omitiendo por completo las formalidades.
—Sí, estoy solo —respondió, igual de parco.
Ambos estaban en modo policía, por lo que, en ese momento, nada que no fuese inherente al objeto de investigación, tenía la menor relevancia para ellos.
—Bien, cuando el otro día me hablaste del subcomisario y su relación con el intendente, en un principio, no lo relacioné porque no comparten apellido, pero ayer, después de que me llamases, me puse a indagar un poco más y bueno, acabo de encontrar algo muy interesante.
—¿De Milano?
—No, de Oscar Almada —aclaró refiriéndose al agente de la ley—. Si bien hasta el momento no hay pruebas, parece que anda en algo bastante turbio. Uno de mis informantes conoce a un ex oficial que estaba bajo su mando y este le dijo que pidió el pase en cuando supo lo que pasaba, ya que acababa de ser papá y no quería verse en medio de toda esa mierda.
Lucas notó lo mucho que le afectaba a su compañero el lidiar con este tipo de situaciones. Meses atrás, cuando ambos se habían enfrentado a su ex jefe luego de descubrir que era quien los estaba traicionando, había tenido que ver cómo alguien en quien ambos confiaban, utilizaba su trágico y doloroso pasado para conseguir una ventaja sobre él. Había sido duro de presenciar y, ahora, de recordar. Muy pocas personas sabían lo que había vivido Pablo en su adolescencia y se sentía honrado de contarse entre ellos.
ESTÁS LEYENDO
Apuesta de amor
RomanceLibro 2 Serie Peligro. ♡ Lucila es una chica sincera, dulce y jovial. Su nuevo trabajo en un hotel en la playa y un departamento frente al mar deberían hacerla feliz; sin embargo, una reciente desilusión la tiene desanimada y se promete a sí misma n...