•Marriage• [°Volkacio°]

Capítulo 11.

Pov Normal

Gustabo se paseaba por la cocina en la casa de Horacio de acá para allá, revisaba la comida, buscaba más ingredientes y volvía a condimentar. Verle cocinar era un gusto para el de cresta, que disfrutaba la forma en que su hermano mayor se concentraba en dar lo mejor así para que la comida quedara deliciosa.
El rubio se acercaba a Horacio, con su delantal perfectamente puesto, y le daba a probar la comida para que este le diera su opinión de a momentos.

— ¿Qué es eso que huele tan bien? — preguntó Greco adentrándose a la cocina.

— Coq au vin — respondió Gustabo sin despegar la vista de su preparación.

— Es... pollo al vino, técnicamente — aclaró Horacio, sonriéndole suavemente al de barba al verlo llegar.

— Hostia, que está cocinando Gustabo — Volkov se apareció al igual detrás del de barba.

— A que no te la esperabas, cuñado — Gustabo se dirigió al ruso, quien sonrió por ser llamado así.

— La verdad que no, pero huele muy bien — respondió Víktor, acercándose a Horacio para colocarse a su lado.

— Buenas..., mucho gusto — Ivanov saludó en voz alta, llamando la atención de los dos menores.

— Gustabo — se presentó el rubio a la vez que le hacía un ademán con la cabeza desde su lugar.

— Alexander — al igual se nombró, para luego caminar hacia el de cresta y estirar su mano frente a él.

— Horacio, mucho gusto — saludó Horacio a la vez que correspondía el saludo ajeno, estrechando su mano un poco.

Víktor dirigió la mirada disimuladamente hacia Ivanov, tratando de ver cualquier gesto de su parte, mas no percibió nada fuera de lo común.

— ¿Invitaste a tu papá, amor? — preguntó el ruso, pasando el brazo sobre los hombros de Horacio y apegándolo un poco a sí.

Greco rodó los ojos y Gustabo soltó una pequeña risa pensando en que Horacio estaría aún batallando internamente por ser llamado así en frente de los demás.

El pelirrojo se soltó del agarre de Volkov y se acercó hasta apoyarse en la mesada cerca de Gustabo, ya que tenía vergüenza de ponerse rojo como un tomate si al ruso se le ocurría seguirle llamando de forma cariñosa tan cerca suya.

— Me dijo que tenía mucho trabajo — le contestó Horacio sin mirarlo mucho, ya que estaba seguro de que el mayor se daría cuenta.

— Sí... Papá Jack ha estado algo ocupado — afirmó Gustabo.

.

Durante la cena todo parecía ir bien, aunque Horacio se estaba aguantando las ganas de hacer miles de preguntas, ya que veía a Volkov hablar con Ivanov sobre cualquier tema con una naturalidad y confianza en su voz, que ni siquiera había percibido cuando hablaba con Greco.

— Cuñado, esto está estupendo — Víktor halagó al chef de esa noche.

— Ah, ¿Verdad? — presumió el rubio con una sonrisa de satisfacción — ¿Quién crees que le cocinaba a tu esposo en Francia? —

— Hostias — Volkov aplaudió suavemente en señal de aprobación riéndose un poco.

Mientras Horacio y Greco negaban suavemente con la cabeza debido a aquella complicidad silenciosa que parecían marcar Gustabo y Víktor.

— Sí que está delicioso — comentó  Alexander para luego dirigirse a Horacio llamando mucho su atención —  También probé tus postres hoy, Horacio —