Capítulo 18.

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Pov Normal

Gustabo se despidió de él con un efusivo abrazo y un sonoro beso en su mejilla frente a la puerta de la cafetería, para luego irse hacia su otro trabajo.
Horacio le sonrió ampliamente al momento de verle irse y luego cerró el establecimiento contento de un día más de hacer lo que amaba.

Volteó entonces con las intenciones de irse y divisó a Volkov recargado sobre su automóvil, portando su gabardina negra y vestido como si también terminara hace un momento su jornada laboral.

Se acercó al ruso viéndole apagar el cigarrillo con la suela del zapato y luego incorporarse a la espera de su llegada.

Una vez que estuvo frente a él, unió sus miradas y esbozó una pequeña sonrisa, la cual fue imitada por el mayor.

— Te extrañé — habló Víktor sin cortar el contacto visual.

— Nos vimos esta mañana — contestó el moreno.

— ¿Y? — Volkov acortó la distancia entre ambos y depositó un dulce beso en la mejilla del contrario.

Horacio se dejó hacer a la vez que ampliaba su sonrisa y dejaba que aquel cariño de su esposo le conmoviera como cada vez.

El ruso luego le abrió la puerta del automóvil y esperó a que se subiera, para luego cerrarla y dar la vuelta al vehículo e ingresar ahora él de conductor y fijar un rumbo para ambos.

Volkov arrancó el coche y comenzó a manejar sin perderse detalle de su pareja.

— Te ves muy bien de camisa — comentó sin dejar de ver el camino delante.

— Yo... G-gracias — contestó el de cresta, algo sorprendido de que el contrario notara aquello.

— Aunque bueno, no creo que haya algo que te quede mal — Víktor le miró de reojo sólo unos segundos.

— ¿A-adónde vamos? — preguntó el moreno, ya que no quería ponerse nervioso apenas comenzar aquella salida.

— A cenar — contestó el ruso, centrado en las calles por las que se movían — Y tenemos compañía —

— ¿Compañía? — dudó el menor, confundido.

— Así es, verás... Alex mañana se vuelve a Rusia — explicó Volkov con simpleza — Así que hoy cenaremos junto a él y Greco —

— Vale, vale — Asintió suavemente el contrario.

— Claro que... Si no te sientes cómodo, no tienes que venir — dijo entonces el ruso atento a las palabras ajenas — Disculpa por no preguntarte antes —

— No, no, no es... problema — negó entonces Horacio, soltando luego un suave suspiro debido a todo lo que había sucedido — Alex me ha tratado muy bien, quiero agradecerle por ello —

— Entendido — el ruso aprovechó que se detuvo en un semáforo y le miró un momento — ¿Puedes poner tu mano encima de la mía? —

— ¿Cómo? — el moreno le observó confundido.

— Así, mira — Volkov llevó su zurda a tomar suavemente la mano de Horacio y la guió hasta posarla sobre su diestra, que se encontraba sujeta a la palanca de cambios — Es que no puedo tomarte de la mano mientras conduzco y me molesta —

El menor observó el tacto que ahora mantenía con la piel ajena y afirmó su agarre, para luego dirigirle la mirada a Víktor, quien también le observó, y le dedicó una dulce sonrisa muy a gusto con aquello.

Volkov abrió más los ojos al verlo así y cambió la vista hacia adelante para así continuar camino.

— No me sonrías así mientras manejo, ¿Quieres que me dé un infarto? — dijo sin poder quitarse aquella bella imagen de su esposo de la cabeza.

•Marriage• [°Volkacio°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora