Capítulo 12.

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Pov Normal

A la mañana siguiente, Horacio se levantó un poco más temprano con unas únicas intenciones: no cruzarse con Volkov.

Ya preparado para irse, bajó las escaleras con lentitud y procurando no hacer ruido, decidido a escabullirse de su propia casa.
Abrió sólo un poco la puerta principal ya dispuesto a retirarse, pero en ese momento una mano de Volkov la cerró con fuerza causando un ruido en alto que logró dar un susto a Horacio.

— ¡Joder! — se quejó el de cresta por el sobresalto que dió, y llevó una mano sobre su corazón — Qué susto —

— Lo siento — se disculpó Víktor, aunque la sonrisa traviesa que marcaba sólo indicaba que no estaba arrepentido de ello — Parecía que te ibas sin despedirte —

— N-no... sólo no te ví...— Horacio evitó su mirada, sin embargo el contrario lo acorraló contra la puerta colocando ambas manos a los lados de su cabeza — ¿Qué... pasa? —

— Sólo tengo curiosidad — contestó el ruso, flexionando sus brazos para, de esa forma, acercarse más al cuerpo ajeno — ¿Vas huyendo de algo? —

— De nada — negó el menor, con el rostro ya muy sonrojado.

— Entonces mírame — pidió el mayor, consiguiendo de esa forma que los apenados irises bicolores de su esposo se posaran en él — Juraría que eres una persona menos tímida...—

— ¿A qué te refieres? — dudó el de cresta.

— A que te pones muy nervioso conmigo y... rojo —

— N-no es así —

— Sí, como si te diera vergüenza — Víktor llevó una mano hasta la mejilla del menor y sintió su corazón dar un vuelco cuando Horacio ladeó ligeramente el rostro hacia ese lado para acomodarse mejor en su palma.

— ¿Eso... está mal? — preguntó el moreno, aún observándolo a los ojos desde allí.

"Joder"

Volkov sentía su corazón derretirse tan sólo por esa imagen delante suya y no fue fuerte.

— N-no — corraspeó — No está mal, es... bueno, tengo algo que decirte — El ruso se incorporó y retiró su mano del rostro ajeno, conteniéndose de ser empalagoso y a esa idea de llenarle de besos.

— ¿Q-qué sucede? — preguntó Horacio volviendo a desviar su vista a un costado.

— Hoy vamos a ir a la cafetería a ver las medidas del espacio que tienes pensado — Víktor soltó un suave suspiro — Luego iremos a comprar el piano, pero lo llevarían recién luego del fin de semana —

— ¡¿En serio?! — el menor se emocionó y miró a los ojos de su esposo con ilusión.

— Sí, si es que no hay problema con eso, tú dime — Víktor sonrió ligeramente por aquel brillo de alegría en su pareja.

— ¡Es perfectooo! — se emocionó aún más el de cresta — En serio muchas gracias por ayudarme —

— No me agradezcas — el ruso mostró una sonrisa satisfecha — Dime "amor" y estamos a mano —

— OH MIRA LA HORA — Horacio aprovechó la distancia que el contrario había creado, para así poder abrir nuevamente la puerta y comenzar a irse — Nos vemos más tarde —

Finalmente la cerró detrás suyo y soltó un suspiro aliviado por estar fuera de una vez, después sintió el calor subir nuevamente a su rostro.

— Lograste escapar — dijo Greco recién llegando, causando que el menor diera un pequeño salto.

•Marriage• [°Volkacio°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora