One-shots de Kingdom Hearts [Posibles fanfics]

[One-shot: Aqua] Lluvia de estrellas

[ACLARACIÓN: ESTE ES UN ONE-SHOT GIRLXGIRL]

Estaba descansando en la cama después de la mala noche que había pasado el día anterior cuando Aqua se coló en mi cuarto como si fuera un torbellino lleno de energía.

-¡____! ¡____! ¡Es esta noche! -exclamó ella muy contenta y entusiasmada.

-¿De qué hablas? ¿Qué va a pasar esta noche? -pregunté incorporándome en la cama.

-¡La lluvia de estrellas! -exclamó ella como si fuera una obvia respuesta-. ¿Lo habías olvidado?

-Oh, es cierto... -dije algo pensativa.

-Anda, ¡vamos! -me animó ella, mientras me  agarraba de la muñeca para sacarme de la cama.

Desde que el Maestro Eraqus nos había informado de la lluvia de estrellas la semana pasada, Aqua no había parado de hablar sobre el tema; curiosamente le entusiasmaba eso y lo mostraba dejando ver ese carácter tan juguetón e impropio de ella.

Todo de Aqua me encantaba, pero si había de escoger una sola cosa que me más gustaba de ella era que tenía un carácter maduro pero a la vez también infantiloide y divertido que dejaba salir en pocas ocasiones.

-Ya voy, ya voy -dije con una leve medio sonrisa en el rostro mientras dejaba que me arrastrara hasta fuera de la casa.

Aqua y yo fuimos a la casa de Terra y luego a la de Ventus para recogerlos y partir de allí para ir todos juntos a nuestro entrenamiento diario. 

-Espero dar la talla en el entrenamiento de hoy porque después de la mala noche que pasé ayer estoy molida -dije llevándome los brazos por detrás de la cabeza mientras suspiraba con los ojos cerrados.

-¿Y eso? ¿No podías dormir? -me preguntó Ventus algo sorprendido.

-Algo por el estilo -respondí-. Ayer tenía pensado acostarme temprano, pero como no estoy acostumbrada a eso sólo logré acabar desvelándome y no pegar ojo en toda la noche -dije algo exhausta con sólo recordarlo.

-Vaya... -dijo Aqua-. Bueno, ¿qué te parece si después del entrenamiento te echas una siesta? -me sugirió ella-. Así estarás completamente despierta para la lluvia de estrellas.

-Oh, es cierto -dijo Ventus-. Es hoy, casi lo olvido.

-Tranquilo, de haberlo hecho, Aqua te lo habría recordado seguro -se rió Terra.

Llegamos al coliseo y entramos para encontrarnos con el Maestro Eraqus, que nos esperaba pacientemente a pesar de nuestro pequeño retraso de dos minutos.

-¿Qué os he dicho la puntualidad? -nos preguntó de manera algo irónica el Maestro Eraqus.

-Que siempre hemos de ser puntuales -respondimos todos al unísono.

-Exacto -dijo él-. La puntualidad es una de las mejores virtudes, mis queridos aprendices.

Todos asentimos con la cabeza y nos disculpamos por nuestra tardanza. 

El Maestro Eraqus dio un par de palmadas, se acalró la garganta y dijo en voz alta:

-Muy bien, no perdamos más tiempo y comencemos con el entrenamiento.

-¡Sí, Maestro! -exclamamos todos a la vez.

El entrenamiento de hoy fue algo más duro de lo normal, hecho que creo que nos sorprendió a todos por igual. Pero cuando acabamos nos enteramos de por qué había sido así.