One-shots de Kingdom Hearts [Posibles fanfics]

[One-shot: Réplica Riku] Olvídate de él.

Al despertar me encontré en un lugar desconocido. No me acordaba muy bien de cómo había llegado hasta allí, lo único que recordaba era el haber cerrado con Sora la gran puerta de Kingdom Hearts y haber dejado al otro lado a Riku; después de eso, lo único que vi fue una destelleante luz que me cegó e hizo que me desmayara. 

Me levanté del suelo y miré a mi alrededor. El lugar se veía rocoso y lo que más destacaba a la vista era un gran castillo de color blanco, que resplandecía por el fuerte contraste. 

-Tal vez, Sora también esté aquí... -pensé.

Caminé por el estrecho sendero de piedra hasta llegar a la gran puerta principal del castillo. Traté de abrirla, pero era demasiado pesada así que tuve que empujarla con todas mis fuerzas para poder abrir un mínimo que me permitiera pasar al interior.

Pero cuando pasé al interior la puerta se cerró detrás de mí como si fuera tan ligera como una hoja de papel. 

-Pero, ¿qué demonios...? -me pregunté perpleja mirando en dirección a la puerta.

-Bienvenida al Castillo del Olvido -dijo una voz masculina en la dirección opuesta a donde yo estaba mirando.

Me giré a toda prisa e invoqué mi llave espada al momento.

-¿Quién eres? -pregunté a la defensiva.

-Oh, mi nombre es Axel -se presentó mientras se quitaba la capucha y enseñaba el rostro-. ¿Lo has memorizado? 

-¿Sí...? -le pregunté retóricamente, mirándole extrañada.

-He escuchado que eres una de las elegidas de la llave espada -dijo él, interesado.

-Así es -respondí-. ¿Y qué con eso? -pregunté agarrando con fuerza mi llave espada.

Axel se rió.

-Esto va a ser divertido -Axel invocó sus armas y se colocó en pose ofensiva-. Vamos a ver de lo que estás hecha -dijo desafiante. 

Axel y yo nos enfrentamos en una corta batalla que no duró más de cinco minutos. 

-¿Eso es todo lo que tienes? -le pregunté cuando parecía que estaba a punto de abandonar la batalla. 

-Oh, tengo mucho más, pero creo que aún no estás lista para verlo -dijo él, de manera enigmática. 

-Pues yo creo que te valoras demasiado, no has sido capaz de golpearme dos veces -le dije. 

De repente Axel miró por detrás de mí, ligeramente sorprendido.

-¿Qué haces aquí, Marluxia? -preguntó Axel.

-¿Qué? -pregunté elevando una de mis cejas, extrañada-. ¿De qué estás hablando? 

-No se suponía que le dieras tú la bienvenida, Axel. Te has adelantado -dijo una voz masculina por detrás de mí que hizo que me diera un escalofrío del susto. 

-Oh, ya sabes que esperar no es lo mio -respondió Axel tratando de excusarse. 

Me di la vuelta para encontrarme con un alto encapuchado. 

Intenté atacarle al momento, pero este con un rápido movimiento esquivó mi ataque y se puso por detrás de mí, asestándome un golpe en el cuello que me dejó fuera de combate. 

Antes de desmayarme en el frío suelo le escuché decir:

-Insensata, hacer eso fue una estupidez. 

Cerré los ojos en contra de mi voluntad y todo se volvió negro.

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