4 meses después. Instalaciones de Desarrollo MRL, Centro de Lanzamiento Espacial.
Los trabajos iban más rápido de lo que enrique pensaba. El primer módulo MRL ya había sido lanzado hace una hora, el segundo, tercero y cuarto estaban en construcción.
Estados Unidos y China construían también sus propios MRL y el Eje Canadá-Oceanía-África contribuía con la Unión Europea. Todos eran conscientes del peligro, todos sabían que era casi inevitable. Todos querían irse y muy pocos podrían. Lo habían aceptado, lo habían asimilado, habíamos madurado. Los individuos no importaban, los sentimientos tampoco importaban ya. Importaba tu país, importaba tu especie, había que preservar las dos cosas.
Aún tenían un año y 9 meses, podrían preparar 16 transportes, mas los que empezarán a construir en 8 meses y medio cuando los Pilares de Hércules dispusieran de mineral.
Era una carrera, la carrera más importante, a su lado lo de Marte parecía una tontería.
Enrique no pudo evitar pensar en la tripulación de la Aurora’s Rising. Estaban abandonados a su suerte, no habría misión de rescate para ellos, la humanidad no podía permitírselo.
“Con un poco de suerte y si reducen sus emisiones de calor al mínimo usando los radiadores subterráneos, no serán detectados”-se dijo Enrique-“No pueden ser detectados, van a ser lo últimos que perduren aquí, bajo la luz de esta estrella, no pueden morir”.
Al menos Andrea y Olga están entre las evacuadas… Deben estarlo. Y yo también.
Enrique no lo ocultaba, se quería demasiado a sí mismo para dejarse morir. No podía tampoco morir ahora que por fin Olga y él podían estar juntos, no podía permitirse eso…
Fue en ese preciso momento cuando el destino de toda la humanidad cambió para siempre, fue en ese mismo momento cuando Olga entró en la instalación MRL con un pesado archivador bajo el brazo.
-Olga, ¿qué sucede?
-Tengo un nuevo cometido al menos para la mitad de tus navecitas de evacuación.
-¿En serio?
-Sí, mis conversaciones con la capitana, los altos cargos militares y más de la mitad de los científicos e ingenieros del Proyecto Prometheus réquiem han dado resultados. Tengo la solución para la Tierra.
-¿Y a qué esperas para contármela?
-Armas de Plasma, cielo. Muchas, avanzadas, de mayor poderío de lo que podamos imaginar. Torpedos y cañones con un poder gigantesco. Podemos igualar en potencia de fuego a ese acorazado, podemos superarlo en número. Vamos a desatar un infierno sobre ellos.
La cara de Enrique se iluminó súbitamente. Toda su vida había soñado con colosales naves espaciales, cruceros de batalla y un sinfín de cosas más… Ahora llegaría a verlo. Es más, ahora salvarían la Tierra… A costa de militarizar el espacio, a costa de posiblemente meterse en la guerra más grande de la historia de la humanidad.
ESS Prometheus Réquiem, acercándose a la Tierra.
John se encontraba hoy de un fantástico humor. El chequeo final había concluido. Las superficies aerodinámicas funcionaban. Iniciarían el frenado aéreo en menos de 3 horas. Antes de que acabara el día, estarían atracados con la Estación Pilar del Cielo y por la mañana, estarían aterrizando en el CLE. Por fin su misión había terminado.
En cuanto a la nave… Iba a ser completamente reconfigurada. Se le añadiría un sistema MRL, armas de plasma y Herbie pasaría a ser un ordenador de defensa… John apenas reconocería la nave cuando volviera a embarcar en 7 meses y medio, cuando las reparaciones y la puesta a punto hayan concluido y su hija esté ya en ese planeta que crece lentamente frente a él.
Tres horas más tarde, la Prometheus Réquiem era una estrella fugaz para cualquier habitante de Europa que mirara al cielo, una estrella fugaz que se dirigía rápidamente a la estación espacial europea.
Al día siguiente, un AER les había dejado ya en la Tierra. Eran libres, ya no estaban solos. Eran famosos, tendrían todo lo que quisieran, eran héroes. Ellos tres eran los tripulantes de la misión más famosa y larga de la historia: La misión Prometheus Réquiem.
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La Jaula de Einstein
Science Fiction"La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir en la cuna para siempre". -Konstantín Tsiolkovski La Pro...