Capítulo 24.- La fianza

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―¿Qué? ―pregunto sorprendida, antes de mirar a Jimmy, que también parece desconcertado―. Yo no he visto nada de eso en los informes.

―Se estaba analizando, es una información bastante nueva, supongo que por eso no lo sabe aún, letrada ―me dice Henderson, con cierta burla.

―¿En qué víctima? ―pregunto, aunque no sé si eso importa.

¿Y si Jimmy es culpable y estoy haciendo el idiota?

―En Marian Flores.

―Lopez ―le corrijo, sin quitar la vista de Jimmy.

―Lo que sea...

―Vamos a hacer un receso de quince minutos, por favor. Necesito procesar todo esto ―nos dice el juez, aunque creo que lo hace por mí―. A la vuelta nos cuenta cómo llegó el ADN de su cliente a la víctima, letrada. Fiscal, espero su buena fe dándole la información pertinente a la letrada, como debe hacerse.

El fiscal me tiende la carpeta y luego sale con su ayudante pisándole los talones. El juez se acerca a mí, tras comprobar que han cerrado la puerta.

―Tu padre se cabrearía conmigo por dejarte seguir con este caso, Ada ―me dice, en tono bajo.

―Mi padre seguiría en el caso, juez, aunque le costase la vida. Porque la vida de una persona no puede valer más que la de otra si es inocente.

El juez me da un beso en la frente y luego sale por una puerta trasera. Arrastro una silla, empujando anillos que han rodado por toda la zona, para ponerme frente a Jimmy. Necesito verle la cara. Luego abro el informe. Parece bastante mal redactado, pero veo rápido lo que tengo que ver.

―Marian Lopez estaba embarazada de entre tres y cinco semanas cuando murió ―le digo―. Y es tuyo.

Jimmy se lleva las manos a la cara y estoy segura de que no va a explicarlo, porque no tiene explicación. Me siento idiota, como si me hubiera creído una mentira tras otra. ¿Qué Christal y Marian estaban juntas? He visto fotos, eso tiene que ser real. Entonces, ¿Jimmy le quitó la novia a su hermana? Recuerdo su voz feliz cuando le dijo que tenía una pista... ¿Y si Jimmy es uno de ellos?

La violación a las chicas fue en grupo, argumento que he procurado no esgrimir para no causar dudas en el juez Stone. Pero puede que Jimmy fuera uno de ellos, aunque no las asesinase personalmente. Si la violó tras secuestrarla, Marian pudo estar embarazada hasta de cuatro semanas...

―Cuando Christal tuvo a su hija hubo complicaciones y perdió el útero. No podía ser madre ―me dice Jimmy, sin emerger de su escondite―. Deseaba ser madre por amor y amaba a Marian, se amaban. Christal pensó que, si usaba mi semen para tener un bebé con Marian, sería de las dos. Sé que suena fatal y no voy a pedirte que me creas, Ada. Tampoco voy a perjudicar tu carrera. Volveré a la cárcel, buscaré otro abogado y...

―¿Fue inseminación legal?

―Sí, claro, les pagué la mejor clínica ―me dice sorprendido, mirándome por primera vez.

―¿Garret puede conseguir copia de las facturas?

No sé si quiero aferrarme a su historia o es que cuadra. He visto el amor de Christal y Marian en sus fotos, no puede ser mentira. Es imposible. Marco el número de Garret en cuanto Jimmy asiente y le cuento lo que quiero. Me promete enviármelo en unos minutos.

―No sabía que había funcionado. Hicimos varios intentos, pero no funcionaba ―me dice Jimmy, con expresión torturada―. Estaba seguro de que era culpa mía, porque en el fondo era demasiado egoísta como para querer que hubiera un niño tan horrible como yo por el mundo.

El fuego no siempre quemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora