No tardo en darme cuenta de que yo llevaba razón. Christal investigaba en este lugar. La habitación es cuadrada y no muy grande, pero cada milímetro de pared parece cubierto de papeles. Al fondo, por único mueble, hay un saco de dormir. Debía quedarse a menudo aquí. Jimmy entra tras de mí y cierra la puerta. Vuelvo a saltar en el sitio. La luz parpadea cuando pulso el interruptor, porque no hay ventanas y nos ha dejado a oscuras. Por suerte luego se queda encendida, porque me da un poco de claustrofobia el lugar. Nunca he tenido problema con los espacios cerrados, pero debe ser que la realidad que brilla en este lugar es asfixiante.
Durante un par de minutos no hablamos. Damos una vuelta, mirando las paredes cubiertas de informes, fotos de crímenes, historias de personas reales y víctimas asesinadas con crueldad. Me siento como si estuviera en una especie de museo de los horrores, pero todo esto es real, reciente y peligroso.
―Aquí hay más de cuatro chicas, Ada ―murmura Jimmy, parándose a mi lado.
Lleva razón, yo también lo he notado en el primer vistazo. Es verdad que solo hay cuatro víctimas expuestas con crueldad, Jennifer, Lisa, Marian y Kira. Son las víctimas recientes, pero no las únicas. Hay otras diez, al menos. Estas no fueron expuestas. Son cadáveres que podrían pasar por cualquier tipo de asesinato. Tiradas en cunetas, en callejones, en cualquier lugar... Pero Christal las ha relacionado de alguna manera.
Tengo que detenerme a leer sin prisa para darme cuenta de que piensa que los agresores son los mismos. Tiene a las víctimas categorizadas en dos. Unas son del barrio, las otras son de diferentes lugares, algunas ni siquiera son de la ciudad.
―Actuaban solos ―le digo a Jimmy―. Uno es del barrio, quizá...
―Era Haggard ―me dice él de pronto.
Me giro a toda prisa para verle pendiente de otra pared. El corazón me duele. Me acerco a él. Es verdad que hay una foto de Haggard en ella. Es un corcho enorme lleno de hilos rojos conectándole con diferentes víctimas. Cierro los ojos un momento. Es desquiciante.
―Es el que las ata, el que dijo la forense. Por eso le ataron al matarle.
―No tiene sentido que sea Haggard, Jimmy. ¡Me ayudó con tu coartada!
―Y por eso le mataron. No sé por qué quiso ayudarme, ni sé si él quería inculparme y se arrepintió o no era cosa suya. Pero mira. Había alguien más. Quizá tuvieron diferencias y quisieron quitarse a Haggard de encima.
El corcho está tan lleno de cosas que es confuso, pero es verdad que hay otra imagen a la misma altura que la de Haggard pero a un lado, rodeada de más víctimas. En esta, en lugar de foto, como no debió lograr descubrirlo, hay dos figuras en negro, con interrogaciones. Dos. Pero los crímenes salen de ambos. No lo entiendo.
Y, en tercer lugar, hay una última imagen con una interrogación también. A su alrededor están las cuatro últimas víctimas. Es el artista.
―Christal averiguó muchas cosas... ―murmuro.
Jimmy ha vuelto a apartarse de mí, solo unos cuantos pasos. Se ha parado junto a la pared en la que está la puerta. No me ha hecho ni caso, me parece que ni me ha escuchado y me preocupa un poco. Doy un paso hacia él, pero se gira de golpe y me abraza, haciendo que entierre la cara en su enorme pecho.
―Sal de aquí, Ada ―me pide, con tono roto y suplicante.
―¿Qué pasa? ―pregunto confusa, tratando de soltarme contra él.
Pero es absurdo, su fuerza es desproporcionada comparada con la mía y de pronto me asusta. ¿Y si quiere atacarme? ¿Y si me hace daño? ¿Y si él tiene que ver con lo sucedido y su hermana encontró pruebas? ¿Y si, como dijo Stone, me he metido en la boca del lobo?

ESTÁS LEYENDO
El fuego no siempre quema
Mystery / Thriller🔥Ganadora Watty 2021🔥 Ada Irons quiere llegar a ser fiscal para ayudar a los buenos. Por eso sabe que bajo ningún concepto puede representar a alguien como James Burnside, un pandillero acusado de asesinar violentamente a cinco mujeres. Sin embarg...