La novia de Papá

¿Sola con niñas?

El sábado en la noche regreso de mis vacaciones de soledad e independencia completamente descansada y lista para enfrentar cualquier problema de Francés o de vestimenta con las dos pre adolescentes con las que vivo, pero... y siempre hay un pero en mi vida... no contaba con la noticia que me recibiría y me haría entrar en pánico.

Las niñas me saludan efusivas, me abrazas, gritan y me hacen relatarles detalle a detalle como es la gran manzana. Ni siquiera dejan que salude a mi hombre que me da una mirada encantada y resignada.

-¿De que tamaño es la manzana, Regina? ¿Está en medio de la calle?

-No seas tonta, Belle no hay ninguna manzana allí. Cuéntanos ¿viste famosos?

-¿Viste a Elvis?

-¿A Zac Efron?

-¿A Mickey?

-¿A Ian Somerhalder?

-¿Y ese quién es?- Belle arruga la frente y yo la imito.

-Mi futuro novio, ¡Daaah!.- dice en tono obvio y no podemos aguantar la risa.

-A ver a ver... Dejen que salude a Regina. No la acaparen.- Robin llega hasta el sofá y me aplasta, dándome un beso apretado y sonoro mientras aplastamos a las niñas entre nosotros.

-¡Papá!- se quejan sin poder aguantar la risa. Me hacen desempacar en medio de la alfombra así que termina todo regado y ellas felices con sus juguetes y accesorios nuevos. Emma corre al espejo a modelar sus lentes Jackie O rojos y Belle corre en dirección opuesta a colocar su nueva colección de los muñecos de Disney junto a sus demás "bebés".

-Hola...- me susurra mi hombre mirándome con ojos destellantes. ¡Dios! ahora que lo tengo aquí me doy cuenta de lo mucho que lo he extrañado. Reparto mil besos por todo su rostro hasta que me detiene, sosteniéndome de los hombros para verme directamente a los ojos.

-Hola a ti...- sonreímos, y si no fuera porque las niñas están a una habitación de distancia ya le hubiera saltando encima.

-¿Cómo estuvo el vuelo?

-Interminable.

-¿Me extrañaste?

-No.- niego sin emoción y él abre la boca ofendido.

-¿Ah no?

-Mnu- niego con fingido desinterés.

-Pues yo si.- ¡es que lo amo!.. Nos tumbamos abrazados en el sofá mientras nos relatamos lo que hicimos en la semana y disfrutamos de la compañía. Las niñas entran y salen pero no nos interrumpen. Están demasiado encantadas con sus regalos y hago una nota mental para el futuro de que los obsequios las mantienen distraídas por un tiempo. -Tengo un viaje de negocios mañana temprano.- alzo la cabeza para mirarlo y es cauteloso. Estoy atontada por estar abrazada a él después de casi una semana y no capto el mensaje de inmediato así que continua.-Regreso el Martes en la noche- me esta sonriendo divertido y doy un respingo cuando me doy cuenta de lo que me está tratando de decir. Él, viaje de negocios, yo, casa, niñas, yo sola, en casa ¡con niñas!.. Parezco retrasada hablando como mujer de las cavernas pero es que el pánico se apodera de mi cuerpo y casi siento que me corta el aire. No me he quedado a solas con las niñas mas allá de unas cuantas horas. No un día completo ¡ni muchísimo menos dos!. -Cariño, respira.- no puedo hacerlo. -Las niñas te adoran, lo harás bien. Si pasa algo sólo debes llamar y estaré de regreso lo mas rápido que pueda, lo prometo.