A veces preferiría no tener talento. Y que no me escuche mi jefe porque es capaz de darme un tirón de orejas. Me refiero específicamente al talento para hacer el regalo perfecto. He heredado de mi santa madre la capacidad para ir de compras no como esas mujeres que caminan toda la ciudad y acaban con las manos vacías, sino como el águila que entra en Zara y detecta, casi desde la puerta, la chaqueta que parece de Armani para mi elegante hermano o la camiseta fashion y cien por ciento de algodón para mi sobrina coqueta y alérgica. Un talento que me tiene esclavizada desde que me enamoré.
Porque la vida de Robin está llena de ocasiones para regalar. Sus hermanos y cuñadas, sus sobrinos, amigos y padres; las hijas de él, por supuesto; y, también, su ex. Zelena cumpleaños en Diciembre y él junto con las niñas me tuvieron toda una mañana de sábado buscando su regalo. Buscándolo yo, quiero decir, mientras ellos me apuraban.
-Date prisa, que me aburre ir de compras, amor.
-Anda Regina, que quiero ir a las maquinitas.
-Yo quiero ver nuevos forros para mi celular.
Sin comentarios.
Aunque, en realidad, lo que me agota no es eso, sino los cumpleaños del colegio. Por algún misterio de la vida moderna, los niños de ahora celebran siempre sus cumpleaños dos o tres veces: con la familia, con los amigos del cole, con los amigos de los amigos o con su red de Facebook, no sé. Pero, vamos, todos los fines de semana mis dos piojas tienen varias fiestas y eso implica un...
-Reginaaaa ¿qué le compraras a Wendy?
-Dime qué le gusta para que podamos acertar.
-Pues lo mismo que a mí, la nintendo switch. O un perro.
-Pero si pensamos en que no es para ti y que no nos vamos a gastar todo ese dinero y que tiene que poder cambiarlo.
-No se- se encoge de hombros y yo suspiro. Algunos problemas prácticos son más difíciles que un examen de matemáticas. Así que opto por camiseta de Zara con tickets regalo. Y me he aguantado todo el año así. Pero estallo hoy, que es 20 de diciembre, y tenemos que repetir casi toda la lista de los últimos doce meses: padres, suegros, hermano, cuñados y cuñadas, ex, hijas, amigos invisibles... mas los regalos de santa y reyes.
Aun así consigo tenerlo todo listo y escondido antes del 24. Y Belle nos relata su carta de reyes mientras vamos de camino a casa de mis suegros a pasar noche buena.
-Regina, quiero que los Reyes me traigan...- no exagero al decir que su carta tiene más páginas que el catálogo de juguetes de wallmart. Encabezada por la nueva colección de my little pony, incluyendo casa, escuela, piscina y cambios de ropa. Mas una bici nueva, mas nuevos juegos para la play y sigue...y sigue...y sigue.
-No te lo podrán traer todo eso- dice la voz de Robin mientras maneja.
-¿Por qué?- pregunta ella con curiosidad sincera.
-Porque no se puede, Cielo.
-¿Por qué?- repite.
-Porque tienen que atender a un montón de niños.- intervengo yo
-Te digo una cosa- dice la pequeña que cada vez imita mejor la dureza de su hermana quien nos ignora totalmente perdida en su aplicación de música en el móvil. -Si no me traen todo lo que pido significa que los Reyes son tontos. ¡TON-TOS! - y se hunde en el asiento hasta que llegamos a la casa de mis suegros que ha sido invadida por nietos, sobrinos, hijos, hijastros, novias, abuelastros, etc.
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La novia de Papá
FanfictionRegina núnca imaginó una vida con niños hasta que se enamoró de Robin de Locksley, un encantador hombre, divorciado y padre de dos niñas insoportablemente adorables y llenas de hormonas, Emma y Belle. Una divertida historia con tanto amor familiar...