BabyShower

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"Ven y comparte con nosotros la inmensa alegría por la llegada de un nuevo angelito. Se aceptan obsequios, donaciones y préstamos". Así dice la invitación a mi baby shower que consiste en un pequeño escarpin azul con una tarjeta colgando, que he encontrado de casualidad en la casa de mi madre el día de hoy que vengo a verla, por un asunto urgente, según ella, que tenia todo el trasfondo de distracción. Y es que siempre soy la última en enterarme de las cosas incluso cuando se supone que soy la que lleva dentro al agasajado.

-¿Mamá? ¿Qué es esto?- se asoma por la ventana del desayunador, me mira un momento y luego a la tarjeta que tengo en las mano.

-Nada...- niega inocente y regresa a servir el té para merendar -te las iba a mostrar hoy como modelo para hacer las de mi nieto...

-¡Pero esto ya tiene fecha de hoy, la dirección de mi casa y la hora de las 5pm!- la sacudo exasperada e incrédula por su manera de defender la mentira aun cuando la he encontrado con las manos en la masa. Vuelve a asomarse y nos miramos por un largo minuto en el que mis ojos le gritan "confiesa" y los de ella responden "soy una tumba" pero eventualmente se rinde.

-Ok, tu ganas. Beverly, Ruby y yo lo venimos planeándolo desde hace semanas y se suponía que era sorpresa, así que ya que la has arruinado tendrás que hacerte la sorprendida.

Al llegar a casa me salta encima toda la familia y amigos cercanos coreando la palabra sorpresa y mi madre con un leve pellizco en la palma me recuerda que debo hacerme la sorprendida pero no me hace falta fingir ya que estoy embelesada con la decoración en mi jardín. Toda en tonos azul cielo, marrón y de ositos de peluche en versión bebé, globos con las palabras "Es un pequeño niño" o en forma de chupetes, biberones y pañales por todo el lugar. Todo muy tierno, delicado, sencillo. En pocas palabras, una belleza...

-¿Te gusta, Regina? ¿Te gusta, te gusta?- Belle y Emma saltan a mi alrededor, imitando los saltitos de mi cuñada que está esperando o que corra a abrazarla o que le haga una reverencia ante sus dotes en decoración y planificación de fiestas. Le guiño un ojo tragándome las lágrimas por el lindo detalle de ver a todos reunidos en el jardín. Mis cuñados y sus respectivas esposas, mis padres y hermano, mis amigos, mis suegros, mis sobrinos esparcidos por todos lados, mis piojas atentas a mi reacción y mi hombre que me sorprende ofreciéndome desde mis espaldas un ramo de rosas rojas con un pequeño osito coronándolo.

-Sorpresa...- me dice al oído y me giro para guindarme de su cuello con lágrimas a punto de empezar a correr cuando escondo la cara en el hueco de su hombro. -Hey...- me acaricia la espalda mientras lloro como tonta de agradecimiento y felicidad. Yo y mis hormonas -Ruby está a punto de regresar su título en decoración porque cree que no te gustó la sorpresa.- dice en tono divertido y me río, limpiándome las lágrimas.

-Esta todo muy hermoso, gracias.- escucho una exhalación colectiva y luego un coro de risas mientras los hombres hacen comentarios sobre las hormonas del embarazo.

-Nada de llorar, disfrutemos de nuestra fiesta.- me dice una vez me ha limpiado las lágrimas y todos han comenzado a esparcirse hacia las mesas.

-Eres un comploteador.- lo acuso.

-Con tal de ver esos ojitos brillantes como ahora, me declaro culpable- me da un tierno beso en la frente y toma mi mamo -Vamos a darte un recorrido.- tira de mi hacia donde hay una mesa principal repleta de dulces, galletas en forma de animal, cupcakes surtidos que vuelan de ella con cada niño que pasa corriendo a tomarlos. Hay un gran pastel azul decorado con un trabajado y hermoso bebe dormido sobre él usando una corona de rey, es hermoso y hasta me asusta lo real que se ve. También hay una torre de pañales.

La novia de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora