La pequeña mujercita de papá

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En mi vida lo que podría limitarse a un proceso físico y normal en la vida de una mujer se convierte en la oportunidad ideal para estrechar lazos con la hija mayor de mi novio.

Llego a casa temprano esa tarde, me preparo una ensalada de frutas y me pongo a revisar mi bandeja de E-mails en la tablet desde la barra de desayuno. Escucho la puerta abrirse, Emma pasa como una exhalación y cierra la puerta de su cuarto con un dramático portazo.

Su padre entra tras ella, mira por donde su hija ha desaparecido y suspira, cansado pero hay algo más en ese suspiro

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Su padre entra tras ella, mira por donde su hija ha desaparecido y suspira, cansado pero hay algo más en ese suspiro.

-Hola, Regina...- me saluda Belle como siempre.

-Hola, pulga.- la subo en mi regazo y le reparto besos chillones en la cara.

-Ve a quitarte el uniforme peque, luego hacemos la tarea- le dice mi novio y la pequeña asiente en mis brazos.

-¿Qué con Emma?- pregunta.

-Hay que dejarla sola un momento. No la molestes, ¿si, ángel?.- le dice con suavidad.

-Si papi.- salta de mis brazos, dejando su bolso del cole en el sofá y se pierde por el pasillo. Mi novio me da un beso en el cabello como saludo y lo miro interrogante. Exhala.

-Emma ha tenido su primer periodo hoy, en la escuela. Me ha prohibido decírselo a alguien.- dice, con cansancio, nostalgia y un trasfondo de ternura que no puede ocultar. Le sonrío levemente y él me abraza, orgulloso, asustado, resignado tal vez de que ya tiene a toda una señorita en casa. -Es como si hubiera sido ayer cuando la sostuve por primera vez.- me dice apretando más el abrazo y me encuentro enternecida hasta las lágrimas por su manera de expresarse. Tengo al hombre, novio y padre más amoroso, tierno y maravilloso del mundo entre mis brazos.

-¿Y por qué está tan enojada?

-Porque le sucedió en el colegio y tuvo que decirle a la miss quien fue bastante comprensiva y la ayudó- explica -No quiere hablar conmigo.

-Es comprensible, amor. Ustedes los hombres no saben nada del tema.- me mira triste.

-Creo que está avergonzada.

-Yo hablaré con ella.- asiente, da un largo suspiro, sonríe y vuelve a abrazarme. No es que sepa nada de como abordar el tema "menstruación" con una jovencita pero confío en los conocimientos que me acompañan a lo largo de casi veinte años de experiencia. Consigo a Belle sentada a los pies de la puerta del baño. Me hace señas de que su hermana está allí, le hago señas a su vez y ella se levanta directo al salón a reunirse con su padre -Emma- llamo con tres toques.

-Déjame sola.- murmura.

-¿Recuerdas cuando me pides conversaciones de chicas grandes?- no me responde -Pues hoy yo te pido una conversación de chicas grandes.- un largo minuto se extiende entre la puerta y yo hasta que oigo el pestillo. La veo sentada en la alfombra a los pies de la bañera. Mira hacia sus dedos. Me siento frente a ella. -Hey, Mírame- le digo agarrándole la barbilla y levantando su cara hacia mí. Siempre le avergüenza que la vea llorar, es algo así como una guerra de fuerzas entre las hembras mayores de la camada, así que me quita la mirada. -No será verdad que lloras porque ya eres una señorita ¿no?- y veo sus ojitos llenos de miedo y vergüenza.

La novia de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora