-He dicho que no, Robin- suspiro por décimo sexta vez a mi novio quien me mira con una expresión de confusión en su cara.
-Pero yo no le veo el problema, amor.
-Tu no lo ves, pero yo si. Sé que habrá llanto, pataletas y frases como "te odio" "te haré la vida imposible" y "nunca serás mi mamá". ¡Que te lo digo yo!- me exaspero, intentando plantear mi argumento en esa cabecita dura que tiene. Él me mira, con esos ojos azules, grandes y hermosos.
-Ellas no son así, Regina. Estoy seguro de que cuando te conozcan te amaran tanto como yo.
-¿Por qué no lo dejas y aceptas que estamos bien así?- insisto.
-¿Y por qué tú no entiendes que quiero tener a todas mis mujeres juntas y felices.?
-Ese fue un comentario machista.-le entrecierro los ojos acusadoramente.
-No me importa.- se encoje de hombros
-Además estamos felices separadas ¿no ves? Ellas te tienen la mitad de la semana y yo la otra mitad y todos contentos.
-¡Por dios que eres terca mujer! Y no sabes cuanto te amo por eso pero ¿no ves que con ésto quiero que lo nuestro sea más serio.- me tambaleo.
-¿Más serio?
-Si Regina, nunca antes había querido tanto que una mujer conociera a mis hijas. Ésto es un gran paso para los dos, para nuestra relación.
-Robin, sólo tenemos un par de meses de estar juntos y...
-¿Estás queriendo decir con eso que no funcionará lo nuestro?- su tono es melancólico.
-¿Y tú me estás queriendo hacer sentir culpable?- inquiero, mirándolo ceñuda.
-Si.- responde con simpleza.
-Descarado.
-Por favor, Regina- él hace pucheros.
-No hagas eso...-Maldito puchero de hombre infantil que me doblega.
-Por favor...
-Robin...
-Te lo pido- ruega.
-¡Esta bien!
Y así fue como después de haber hecho el amor apasionadamente en cada rincón de la casa y estando sentada en la encimera de la cocina mientras recargabamos energías con bocadillos, no pude evitar que surgiera el tema y terminé aceptando conocer a las hijas de mi novio.
Robin y yo nos conocimos en una reunión de amigos en común e inmediatamente hicimos un clic especial. Nos tomamos algunas copas y porqué no decirlo coqueteamos y nos besamos también. Después de todo ambos estabamos solteros y sin compromisos. Con la diferencia de que él era padre de dos niñas, pero eso no me impidió quedar encandilada.
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La novia de Papá
FanficRegina núnca imaginó una vida con niños hasta que se enamoró de Robin de Locksley, un encantador hombre, divorciado y padre de dos niñas insoportablemente adorables y llenas de hormonas, Emma y Belle. Una divertida historia con tanto amor familiar...