Regresamos de nuestras vacaciones y las niñas se van 15 días con su madre a Newcastle a visitar a sus abuelos maternos. Eso quiere decir que tengo 15 días para disfrutar de mi novio completamente y de planificar nuestro viaje a solas en alguna isla desierta al sur de Brasil, donde sus padres (por lo que me ha dicho) tienen una propiedad.
-No destruyan mis almohadas, por favor- es la única recomendación que nos da Granny al entregarnos la llave de la casa. David y Mary Margaret comparten una mirada furtiva ante la mención de dichas palabras y la pobre se pone del color de su bebida de fresa. Estamos en el jardín, los niños juegan con el singstar en la sala mientras los grandes disfrutamos de un asado y cervezas. Es la primera vez que venimos sin las niñas.
-Descuida, mamá- resta importancia mi novio. Beverly regresa a la casa y yo no puedo aguantar la curiosidad por saber sobre la broma privada de las almohadas.
-¿Qué con las almohadas?- le pregunto cuando se sienta junto a mi en la mesa redonda, bajo la sombrilla donde están sus hermanos y esposas, todos cómodos en ropa ligera, bañadores, shorts y sandalias de goma. Su rostro se divide en una amplia sonrisa y mira a su hermano.
-Digamos que... A David le gusta morder cosas.- los hombres de la familia se ríen abiertamente mientras David les lanza miradas asesinas.
-¿Mordió una almohada? ¿Por qué?- tengo curiosidad ¿es una extraña obsesión?
-Fueron dos, ¿o me equivoco?- pregunta inocente Will.
-No, por favor.- ruega Mary Margaret completamente roja, cubriéndose la cara con las manos.
-Si, ya supérenlo. ¿Que ustedes cuando están... En el momento no pierden control de sus actos?- objeta el acusado.
-Si, yo he roto varios grifos...
-¡Will!- reprende Alice con los ojos muy abiertos. Su esposo se encoge de hombros sonriendo apenado.
-Yo...
-Ni se te ocurra hablar James Locksley porque no respondo.- amenaza Kathryn. Sus intensos ojos azules con brillo asesino hacia su marido quien guarda silencio y se levanta directo a darse un chapuzon en la piscina. Arthur carraspea.
-¿Alguien quiere otra cerveza?- no espera respuesta de nadie y se escapa de las declaraciones de sus hermanos mientras Ginebra, su mujer se ríe.
-¿Y tú, Robin? Cierto, lo olvidaba. Eres demasiado cursi en la cama.- se burla Will y mi hombre hace un gesto sin importancia. Trago y me encojo en mi silla por lo que podría llegar a decir.
-Hermanito, el punto aquí no es si soy cursi, el punto aquí es que si te vas a dejar llevar por la calentura y no quieres que nadie se entere de que pisaste la habitación que no debías pisar, y no dejar evidencia, muerde a tu mujer y no las almohadas bordadas de plumas de la cama de tus progenitores.- el sentido del humor que caracteriza a los Locksley es contagioso. Luego de esa declaración siguen sacándose sus trapos íntimos de manera dulce y graciosa.
-¿Que hacen que no se bañan? James llega todo empapado detrás de su esposa y la abraza.
-¡no!- se queja Kathryn cuando su marido le coloca su cabello goteando cerca del cuello.
-Vamos Cara mía, vamos a darnos un baño.- ronronea.
-Tengo frió, no.- niega y se lo sacude.
-No nos hagas tirarte, Kathryn.- amenaza su cuñado.
-No me amenaces Will, se donde vives.- lo mira con ojos entrecerrados y los presentes reímos.
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La novia de Papá
FanficRegina núnca imaginó una vida con niños hasta que se enamoró de Robin de Locksley, un encantador hombre, divorciado y padre de dos niñas insoportablemente adorables y llenas de hormonas, Emma y Belle. Una divertida historia con tanto amor familiar...