→Sixteen

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Maratón de perdón por no publicar  2/¿?

Su flor más hermosa

●ψ●

Las sombras cubrieron al mundo, la noche había caído con su característica gelidez, la luna brillo tenuemente en el punto más alto del planeta y las estrellas orbitaban a su alrededor, sus fieles y suaves compañeras, la luna nunca estaba sola, pero a pesar de eso la luna siempre reflejaba soledad, o solamente era ella mal interpretando el brillo melancólico de la luna en el firmamento, el viento sacudió su cabellos, un escalofrío la recorrió, cerró los ojos y por un momento parecía que alguien le hablaba.

"Las amargas lágrimas, el aroma a sal, el escalofriante olor metálico de sangre derramada."

Maureen paro su marcha, de repente indudablemente alerta.

"La amargura invadió su inexistente cuerpo, ella se marchaba con un corazón que aún sangraba, la habían roto tan recientemente, sanarla llevaría más tiempo que simplemente meses."

Maureen jadeo, porque comenzaba a pensar que estaba indudablemente loca, escuchaba pensamientos que no eran suyos ¿Acaso sufría de alguna enfermedad mental?

¡Bum! Su corazón palpito fuerte al compás del golpe de la ola, debía calmarse, se dijo a sí misma, la noticia de la liberación de Thomas la tenía paranoica a pesar de que ya se había calmado del golpe emocional inicial, aún se mantenía tan arrisca.

Ella no entendía que cada vez más las cadenas tintineantes que lo amarraban a él en su interior iban perdiendo fuerza. Perdiendo poder bajo tanto salvajismo de su indudable furia. No le gustaba ser contenido, ser controlado por seres inferiores ante su edad y poder.

Maureen masajeo su cien, de repente sintiéndose más grande que el mundo. Su celular comenzó a sonar de nuevo, vio la pantalla, Ian al parecer había tenido el valor de llamarla. Maureen contesto la llamada.

—¿Ian? — la suavidad de su voz un amable canto, un canto que no merecían —¿Ian?

—¿Dónde estás Maureen? voy a ir por ti — la vergüenza era apenas notable en su tono de voz firme — Tenemos que hablar.

A pesar de que pasar tiempo en la playa había aclarado un poco sus pensamientos pesimistas ella seguía renuente a verlo, pero era de noche y ni tenía como regresar a Forks — Estoy en la Push

—Te veo en unos minutos — Tras eso colgó sin más.

Maureen se sentó de nuevo en la arena a esperar que Ian viniera por ella.

[]

Maureen escucho los pasos ruidosos de su padre, volteo a verlo cuando estuvo a su lado y en silencio Ian se sentó junto a ella viendo lo hermosamente salvaje que era el océano cuando estaba furioso, lo increíblemente bello de un ente sin ataduras, sin restricciones. Ella quería ser él, tan poderoso que nadie es capaz de desafiarlo y tan suave como para reflejar tanta belleza única.

—¿Por qué? — Pregunto Maureen, una cortina de lágrimas empaño sus ojos. Se había dicho que sería fuerte y estaba llorando, ¡Ja! Que idiota era — ¿Por qué no me dijeron? ¿Tan débil creen que soy?

Ian suspiro —Estabas volviendo a ser tú, después de largos meses empezabas a sonreír de nuevo, a ser la niña hermosa y dulce que tanto amamos, después de meses de oír tu silencio, de escuchar tus gritos en la madrugada, de ver tus ojos apagados en tristeza, te estabas marchitando y pensábamos que ya no volverías a ser la de antes. Cuando llegamos aquí comenzaste a volver a ser tú, dulce, amable, cariñosa, dejaste el silencio y tus gritos en la madrugada ya no eran tan frecuentes. Estabas avanzando, superándolo, luego llegó la notificación del abogado dando la noticia de la liberación de Thomas.

Maureen | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora