▬Prologue

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Las guerras en su vida eran normal, era en cierto sentido algo parte de la vida de ser un dios, quien no podía ser visto jamás como débil, que no podía ser visto jamás como alguien fácil de manipular. Siempre ser respetado por su pueblo y luego ser temido por sus enemigos, pero a pesar del poder circulante en sus venas Poseidón Rey y Señor de los mares el deseo de ser padre era una cuchilla afilada que a diario le recordaba a Poseidón que con la inmortalidad venia cierta infertilidad, porque un pueblo de inmortales no necesitaría jamás un ritmo de reproducción acelerada como la de los humanos. Quienes como las luciérnagas se apagaban en un parpadeo.

Pero el deseo de ser padre, era más grande que cualquier cosa, vio a su hermano Zeus ser feliz con el nacimiento de su hijo, vio la dulzura infinita de Afrodita al parir a su primogénita, vio a Apolo acurrucar a su hija Kira en un abrazo protector, vio a Atenea sonreír sin su habitual frialdad estratégica, vio a Artemisa reír cuando su hija jugaba con un lobo, Pero también vio el dolor de la perdida que nublo la mirada de Ares con agonía, el dios que perdió a su hija. Poseidón quería sentir todo ese mar de emociones más salvaje que las olas del Atlántico.

Por ese deseo de sentirse vivo, sentirse real ante el mundo inmortal lleno de entumecimiento porque el tiempo se llevaba esos sentimientos, se llevaba la alegría, se llevaba el horror porque mientras más vives más ves y la vida pierde el sentimiento de incertidumbre. Fue el deseo de ser padre que llevo a Poseidón a aventurarse a la tierra mortal en donde por años fue probando suerte con las mortales más hermosas.

Hasta que un día de febrero, Marianne Atlantis, una mortal con sueños e ilusiones por delante se enamoró de la mirada increíblemente hermosa y azulada de un dios que anhelaba ser padre.

Fue en ese momento en que "La hiladora" una de las tres Moiras, comenzó a hilar el fino hilo de vida de

Maureen y Morgan Atlantis

El reflejo del mar y el domador de las olas.

Los hijos de Poseidón. 

Maureen | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora