→Two

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La otra mitad de su alma

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Maureen odiaba con todo su ser su timidez, ¡Joder! Odiaba como sus mejillas se calentaban pintándolas de un color rosa pálido, odiaba no poder ser extrovertida, y odiaba aún mas no poder mirar a los ojos a su compañero de historia por la vergüenza que le da ver ese color dorado extremadamente hermoso, el color dorado ambarino de sus ojos era extremadamente raro e inusualmente hermoso. Suspiro cuando una oleada de calma acogió a su corazón y le dio a su alma una tranquilidad impropia de ella, por alguna razón se sentía manipulada, se sentía incomoda de la repentina calma que la había invadido como si ese sentimiento no fuera suyo, como si la calma no fuera de ella.

Con valor Maureen alzo la mirada y trato de no ser atrapada por aquella mirada ambarina de dorados rayos — Soy Maureen

Tenía que entablar conversación con el joven que sería su compañero en aquella clase, su cabello rizado se movió suavemente de un lado y el joven de mirada ámbar le regalo una sonrisa tranquilizadora, como si el sintiera que todo aquella situación, que todo aquel revuelo de los demás jóvenes sobre ella la estuvieran abrumando en menos de veinte minutos que va de la clase no paraban de llegarle papelitos con números telefónicos escritos y mensajes seductores que solamente la hacían sentirse diminuta, y avivaban sus ganas de salir corriendo y buscar a Morgan para que ella se escondiera detrás de el

—Soy Jasper Hale — Voz suave delicada pero firme — ¿Estas bien?

Maureen frunció el ceño por la extraña pregunta, pero luego se dio cuenta que llevaba toda la clase tensa, arrisca en cierto sentido y con justa razón, el hecho que le mandaran papelitos con mensajitos solamente avivaba recuerdos dolorosos llenos de terror.

—Si —Dijo porque antes de mudarse a Forks se prometido ser fuerte no dejar que nadie la volviera a lastimar — Me incomoda mucho esto.

Señalando los papelitos Jasper comprendió que aquella hermosa y adorable humana no era fan de estar siempre en el foco de atención. Jasper asintió comprensivo y no hablo más simplemente se dedicó a observarla, ella era hermosamente adorable, sus ojos azulados le recordaron a Jasper un día soleado en la playa y el olor a sal marina y bosque que de ella se desprendía no ayudaba a quitar de su mente un día de marea alta. Sorprendentemente su olor adictivo no lo hacía querer drenarla, su olor calmaba su hambre, manteniendo su sed calmaba como si ella... como si su olor cálido a mar y sal retuviera su hambre con cadenas.

[...]

Maureen suspiro aliviada mientras tomaba la mano de su mellizo con fuerza, ya había acabado su agobiante clase de historia, y toda la jornada de las primeras horas, ya era la hora del almuerzo, y siendo terriblemente honesta Maureen no quería ir a la cafetería en donde sería el objeto de chismes siendo juzgados.

—No se tu Morgan pero este amiguito tuyo que te invito a su mesa...

—Mike Newton — le dijo su hermano — Se llama Mike y no es amigo mío es un adolescente inestablemente hormonado que quiere saber cómo es que conseguí masa muscular a mi edad.

Maureen rio suavemente — ¿Le dijiste que practicábamos sor con las olas salvajes de Hawái?

Aunque pareciera increíble el nado y el hecho de que ellos no se acobardaban ante una ola fueron los causantes de su buena forma física. Era por eso que Morgan era tan grande, además de que tenía un barril sin fondo por estomago el ejercicio ayudo a su masa muscular a crecer, en cambio ella simplemente había perdido la grasa extra que tenía para dar paso a una figura delgada.

—No — Morgan frunció el ceño — Newton duraría en el mar lo que los peces en la tierra, simplemente querida hermana me gusta molestar a personas que creen que hablándome pueden tener una oportunidad contigo

Maureen | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora