En las praderas alejadas de la capital se alza una ciudad rodeada de muros la cual su nombre fue olvidado por el mundo, una nación aislada con sus propias reglas, es atravesada por una carreta de madera con barrotes metálicos tirada por un caballo andando por la calle, el metal de sus ruedas chocando con la piedra del camino tambaleándose, mientras las cadenas de la parte trasera resuenan entre sí sujetando los pequeños cuerpos de sus pasajeros, pocos son humanos, pero todos son niños pequeños que seguramente fueron vendidos por sus padres o secuestrados de sus hogares, pasaban sin ser tomados en cuenta por los peatones de la calle.
Siguiendo su camino pasando los muros y saliendo de la carretera a la tierra del bosque, adentrándose en éste cada vez más hasta caer la noche y llegar a un rincón muy apartado que no aparecía en los mapas de la zona en dónde pocos llegarían a entrar por la extraña y peligrosa vegetación.
Oculta en las profundidades del bosque, se encontraba una gran torre de piedra negra iluminada por antorchas en las pocas ventanas que tenía, el conductor llevó al caballo con la carreta por un pequeño portón en la base de la torre, entrando por un camino empinado de bajada para llegar a una gran habitación de paredes agrietadas con el suelo cubierto de pequeños agujeros iluminado tenuemente por las antorchas, donde esperaría a su cliente.
Ya dentro de la torre, por los pasillos resonaba el eco de pasos suaves de tacones chocando con el suelo de piedra, acercándose a la carreta se presentó una mujer joven delgada no muy alta de cabello corto castaño y lentes, llevaba puesta una bata blanca impecable sobre un vestido simple además de su sonrisa burlona que resaltaba el pequeño lunar en su mejilla izquierda.
-¡Buenas...! -dijo la mujer muy animada mientras se acercaba a la carreta, -¿trajiste lo que encargué?.
-Señorita, contrató los servicios de mi jefe y aquí está su pedido, -respondió el mercader, -no muchos se meten con el tráfico de esclavos en estos días, en especial si hablamos de niños, aún más si son de especies tan raras como las que pedías, ¡uno de estos mocosos me mordió!, no te va a salir nada barato, -agregó el mercader bastante molesto mientras sacudía los barrotes de la carreta agitando a los niños en el interior-
-Hmm... ya veo -dijo la mujer mientras caminaba alrededor de la carreta observando su contenido-
-Además, ¿para que los quieres?
-Negocios querido, negocios -le respondió la mujer tranquilamente mientras jugaba con el rostro del caballo, examinando sus dientes y estirando su piel, -quiero sacar algo de un lugar, eso es todo.
- ¿Ya podemos hablar del pago? - le preguntó el mercader-
- Pero por supuesto cariño -dijo la mujer soltando bruscamente el rostro del caballo y éste sacudió la cabeza en un estornudo, - ¡RAÚL!
Al momento en que la mujer alzó la voz, un pequeño escarabajo apareció revoloteando y se posó en el hombro derecho de ésta, parándose en dos patas y levantando una de las delanteras cerca de sus diminutos ojos en forma de saludo.
- ¡¿Si madame?! -preguntó el pequeño escarabajo-
-Dime... -la mujer acariciaba gentilmente el rostro del animal, - ¿has probado la carne de caballo alguna vez?
- ¡No madame!
La mujer se dio media vuelta y comenzó a caminar lentamente fuera de la habitación, ondeando su pequeña mano izquierda en forma de despedida.
-Adelante entonces sírvete, dispón del caballo y de este señor como gustes y luego trae la carreta por aquí, ¿si corazón?
El escarabajo posado en el hombro de la mujer volteó y clavó su mirada directamente en el mercader.
- ¡Si madame!
Rápidamente el escarabajo bajó recorriendo el cuerpo de la mujer delicadamente sin que ésta mostrara reacción alguna por sus pasos.
-E-eh... aguarda un momento... ¡oye! -el mercader se encontraba confuso por las palabras de la mujer, - ¡¿Qué significa esto?!
De entre las paredes agrietadas y los pequeños agujeros del suelo, enjambres de insectos de toda clase salían en grandes cantidades, comenzaron a cubrir al caballo y al mercader desde las piernas subiendo por sus cuerpos mientas los gritos de ambos llenaban la habitación, la mujer se dirigió a la parte trasera seguida por la carreta que era cargada desde las ruedas por más insectos sin el menor esfuerzo observando a los niños de la parte trasera con curiosidad.
-Hmm... ¿a cuál debería usar primero?
Los niños encadenados en la carreta sumaban veinte en total, la mujer los seleccionó en grupos de 4 al azar y los insectos los llevaron a cuartos separados por la torre, mientras que ella entró a una habitación diferente bastante oscura, tanto que las pocas velas que habían apenas iluminaban dado que no contaba con ventanas, con las paredes tapizadas de varios pergaminos de escrituras extrañas de los cuales algunos parecían estar salpicados con sangre, junto a estantes llenos de libros viejos, frascos de muestras y fluidos, además de huesos deformes con otros rotos o hechos polvo, y en el medio de la habitación una mesa metálica que en sus bordes mostraba sangre de colores extraños ya seca que había fluido a un pequeño drenaje en la base de ésta.
- ¡RAÚL! - nuevamente al llamarlo, el pequeño escarabajo llegó revoloteando y se posó sobre uno de los frascos de los estantes mirando a la mujer.
-! ¿Si madame?!
-Dime, ¿cómo va la extracción? – le pregunto la mujer-
-Sin avance alguno madame, -informo el pequeño escarabajo rápidamente y con gran detalle, -no importa si usamos herramientas de minería, explosivos, o escarbamos nosotros mismos, la barrera que cubre la puerta no cede ni un centímetro, lo más probable es que se deba al vejestorio que está en el interior.
-Hmm... ¿y las nuevas muestras? -pregunto ella mientras hurgaba en el bolsillo de su bata-
-Fueron llevados a las habitaciones que indicó, ya están siendo preparados para cuando los solicite madame, -le respondió el pequeño escarabajo-
Colocándose un par de guantes de goma que sacó del bolsillo en su bata, la mujer miraba fijamente la mesa metálica en medio de la habitación, mostrando una ligera sonrisa.
-Gracias cariño, ahora... ¿comenzamos?
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Perro del Infierno
De TodoUn joven Licántropo que despierta despues de horribles pesadillas, al darse cuenta de los poderes mosntruosos que le fueron impuestos, comienza una aventura en busca de venganza.