Cap. - 6 - Perdido.

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Varias horas después de la conmoción, el cachorro mal herido comenzaba a despertarse.

- ¿Donde... estoy...? aaa... la cabeza me está matando... un momento... ¡ella!, ¡¿dónde está ella?!, a-aaa... -aturdido el cachorro sujetaba su cabeza- pero... ¿qué...?

Extrañamente estando en su forma humana, sus orejas eran completamente las de un lobo además de tener cola y sus colmillos, asemejándose a un Teriomorfo.

-Esto no debería estar aquí... pero... hmm... no puedo cambiar... -a pesar de sus esfuerzos, le fue imposible cambiar su aspecto al de un lobo, o al de un humano completamente- ¿eh?, ¿qué es esta cosa...?

Sus manos eran cubiertas por guantes de metal extraño color negro sin dedos que cubrían la palma y parte del antebrazo hasta terminar en forma de puntas en los nudillos, a mordidas intentó desprenderlos, pero fue inútil terminando por lastimarse los colmillos.

-Aaa... no tiene caso, piensa, ¿qué ocurrió antes?, lo último que recuerdo... es el asqueroso sabor a sangre de esa mujer, todo lo demás es borroso... pero, algo pasó antes de eso.... una voz cálida... hmmm...

Tratando de recordar los acontecimientos, el cachorro frotando la parte trasera de su cabeza se sorprendió por un leve sonido metálico.

Tratando de recordar los acontecimientos, el cachorro que frotaba la parte trasera de su cabeza con su mano se sorprendió por un leve sonido metálico proveniente de su cuello. deslizó su mano sobre el comienzo de su columna para intentar revisar, pero en ésta encontró un extraño bulto.

-Aquí fue... ¡aaa!

Al presionar levemente el bulto en su cuello, Un dolor intenso estremeció el cuerpo del cachorro provocando que callera de rostro al suelo.

-No.... pienso hacer eso de nuevo... lo primero es largarme de aquí sea como sea... -murmuró el cachorro adolorido mientras se levantaba-

Esperando un poco el dolor fue desapareciendo, decidido a salir intentó usar el olfato para detectar la esencia de los árboles que se filtraba del exterior, pero las cenizas de los insectos invadían el aire dentro de la habitación.

- ¡Achís! tengo que ir a otro sitio...

Tambaleándose ligeramente al caminar por la gravedad de sus heridas, el cachorro logró subir la escalera oculta llegando por la celda destrozada a recorrer la torre en busca de alguna posible salida, pero el lugar era un gran laberinto sin sentido, por más que caminara no encontraba rastro u olor que pudiera seguir hasta el exterior.

Cansado y moribundo continuó vagando hasta llegar a un balcón en el interior de la torre, desde éste se observaba una gran caída, a medida que alzaba la vista se notaban más barandales de otros pisos junto a una tenue luz que descendía por el centro, pero ésta era distinta a la de una antorcha, ya que penetraba por el techo, mientras que hacia abajo solo se notaban las rocas negras en círculo formando lisas paredes sin poder ver el fondo.

El cachorro se recostó de espaldas en el barandal intentando recuperar el aliento, pero éste no soportó su peso y se derrumbó.

No logrando sujetarse a tiempo debido al agotamiento, cayó varios metros por el centro sin poder sostenerse de las paredes lisas tratando de juntar desesperadamente con fuerza ambos brazos para así proteger su cabeza del golpe, impactando segundos después con el suelo levantando una gran nube de polvo y rompiendo cajas de madera que se encontraban en el lugar.

-aaa... eso fue, aaa... un momento, ¿estoy... bien?

Extrañamente, luego de haber descendido más de ciento treinta metros y golpear madera junto con roca sólida, salió sin ningún rasguño adicional más de los que tenía anteriormente.

Perro del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora