Cap. - 12. - Entierro.

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Roy, acompañado de Mórrigan y Dante, atravesaron el agujero en el costado de la torre adentrándose en el bosque, caminando tranquilamente en silencio hasta llegar a una zona rocosa en la que un gran y solitario árbol de sauce sé encontraba.

-Aquí debería estar bien... -dijo Roy mientras observaba el árbol-

Lentamente usando sus manos, el anciano escarbó un pequeño agujero en la base del árbol a poco más de un metro de profundidad, abriendo el frasco que llevaba con él, delicadamente depositando su contenido, colocando dos de las piedras negras en el agujero y esparciendo sobre ella parte de la arena del frasco.

Dante y Mórrigan observaban al anciano mientras trabajaba gentilmente.

-Oye, fósil, ¿Por qué hacer esto, por unos monstruos? -preguntó Mórrigan indiferente-

Terminando de cubrir el agujero con tierra, el anciano se levantó tranquilamente, girando un poco su cuerpo y levantando su mano abierta apuntando directamente a Mórrigan.

- ¿Qué?

-Agáchate...

- ¿Eh?

En un instante, el brazo del anciano cambió, tornándose rojizo y cubierto de escamas asemejándose a una enorme garra, a la vez que aumentaba de tamaño, golpeó la cabeza de Mórrigan esparciendo sus trozos e impactando una gran roca detrás de él, asustando a Dante.

El anciano, cerró su mano destrozando la roca en varios fragmentos.

-Ten un poco de respeto por los muertos -comentó Roy, bastante molesto-

Lentamente el brazo de Roy disminuía su tamaño y regresaba a su forma anterior, mientras frotaba con sus dedos escamosos uno de los trozos de la roca dejándola suave y lisa.

-Los Nior, son personas que continúan sufriendo luego de haber muerto, estas de aquí solo eran unas niñas, apenas y conocían lo que era la vida, no fue su culpa convertirse en eso, lo único que podemos hacer por ellas es darles descanso y un entierro digno.

El anciano colocó gentilmente la roca lisa sobre el pequeño bulto de tierra, dejándola como lápida.

-Salvaje -dijo Mórrigan, mientras reconstruía su rostro- me disculpo si te ofendí, pero desafortunadamente, no siento empatía alguna, por ti fósil, o éstas criaturas, si me disculpan tú y la imitación de Lycan, regresaré a la torre.

- *Ains* nunca cambias, ¿verdad? -murmuró el anciano- as lo que quieras, ¿qué harás tu pul...?

Ignorando al anciano, Dante recogió algunas de las flores silvestres de la zona mientras Roy y Mórrigan discutían.

-No lo sé...-dijo Dante en voz baja mientras colocaba las flores junto a la lápida- llegué aquí junto con ellas y los otros, soy el único que queda ahora.

-Sabias que eran ellas eh... -dijo el anciano-, no siempre podemos controlar los eventos que suceden, pero tú, lograste llegar hasta aquí, no te diré que vivas por los otros, no es mi asunto, pero, ¿qué vas a hacer ahora?

-Buscaré a esa mujer, y le arrancaré la cabeza –respondió Dante–

-Por primera vez, concuerdo con la imitación de Lycan – añadió Mórrigan– un ser como ella, no debería existir.

-Así será eh...

- ¿Vas a detenerme abuelo? –preguntó el cachorro mientras se levantaba del suelo–

-No, esa mujer está loca, se de lo que es capaz, me atrapó y no pude hacer nada, lo reconozco, es demasiado inteligente, aun así, esa cosa en tu espalda fue la que te salvo a ti, y fue pura suerte, la siguiente vez no va a ser así.

Mórrigan y Dante fueron caminando en dirección a la torre dejando a Roy atrás.

-Bueno, no los voy a detener -comentó Roy, mientras los jóvenes se alejaban- pero... por si les llega a interesar, se cuál es el nombre de esa mujer.

Ambos se detuvieron de inmediato al escuchar las palabras del anciano.

-Dilo -dijeron Mórrigan y Dante a la vez sin voltear a verlo, tratando de contenerse-

-Perdón muchachos, pero, no quiero ver morir a nadie más por el momento, si quieren el nombre, almenas el pulgoso, debe demostrar que es capaz de defenderse.

- ¿Que tengo que hacer?

El anciano cruzó sus brazos cubiertos por cicatrices sonriendo mientras observaba a Dante.

-Vas a pelear contra mí.

Perro del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora