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Bien es sabido que en la vida hay personas que tienen la vida resuelta desde que nacen, no es ningún secreto y no es nada nuevo.
Jungkook sabía que era de esas personas, su padre es abogado y actualmente rector de una universidad privada de muy alto nivel, su madre es enfermera del hospital general y su hermano mayor es gerente de contabilidad. Jungkook por su parte, estaba estudiando mercadotecnia ya que su hermano podía acomodarlo en la misma empresa.

Tenía veintitrés años, era estudiante de séptimo cuatrimestre en la licenciatura de mercadotecnia y a pesar de que su familia tenía dinero, esta era la primera vez que iba a una escuela privada ya que sus padres nunca quisieron complicarse la vida llevándolos a escuelas privadas.
Y debido a que su padre trabajaba en esa universidad, era sencillo acomodarlo y no solo a él, todos los que trabajaban ahí podían hacer lo mismo con sus hijos, sobrinos o nietos. Por lo que Jungkook y su hermano estudiaron ahí, solo que justo cuando el menor de los Jeon estaba en cuarto cuatrimestre fue cuando nombraron a su padre rector.


Su padre no estaba la mayor parte del tiempo en el campus debido a que siempre estaba ocupado, por lo que su oficina a pesar de que siempre estaba abierta, siempre estaba vacía. E iba ahí cuando quería matar tiempo o simplemente saltarse una clase; se había hecho una pequeña costumbre además de que su padre estaba enterado y no tenía ningún problema ya que Jungkook no desordenaba el lugar y usaba la oficina como una sala de estudios, tampoco llevaba a nadie, simplemente era él y ya.

Salía a las tres de la tarde de la universidad y por lo general se quedaba dos horas en la oficina de su padre, a veces haciendo tarea o simplemente perdiendo el tiempo, era como su rutina, no lo hacía diario y no tenía un patrón en cuanto a los días que iba, pero aún así se sentía como una rutina.
Por lo que se podría decir que su salida de la escuela era rondando entre las tres o cinco de la tarde.

Y cada vez que iba veía al coordinador, lo conocía ya que era amigo de su padre -Yoongi era su nombre- aunque también lo conocía por el cargo que tenía. Siempre veía cómo se encerraba en su oficina que estaba por el mismo pasillo que en donde estaba la de su padre, solo que la del coordinador era más pequeña y sin ventanas, era más privada y hasta causaba misterio.
No hablaba mucho con él, lo conocía más de vista que en persona pero lo ubicaba y sabía que siempre estaba encerrado y muy ocupado, por lo que nunca realmente pensó en interrumpirlo o tocar la puerta.



Fue un jueves a las seis de la tarde cuando escuchó algo de ruido en la oficina del señor Min, lo cual se le hizo raro. A veces se quedaba dormido en la oficina de su padre, pero era la primera vez que se quedaba tanto tiempo, ya hasta estaba oscureciendo -pues aunque era temprano, era horario de invierno-.

Al salir de la oficina de su padre no le sorprendió ver que la oficina del coordinador parecía tener la luz prendida, lo notó por la iluminación que sobresalía de la parte inferior de la puerta -probablemente debía seguir trabajando-. Lo que se le hizo extraño fue escuchar ruido en la oficina, ruidos de ligeros golpes y quejidos algo bajos, era claro que no eran del coordinador ya que eran más agudos.

Le llamó la atención aquello, ¿había alguien en la oficina del coordinador? Jungkook era una persona muy curiosa, se acercó a la oficina del señor Min y pegó la oreja en la puerta tratando de escuchar mejor.
Escuchaba gemidos, no eran altos pero era claro que eran gemidos, ¿el coordinador estaba...?


Más... M-más rápido... ¡Ah!


Escuchó del otro lado de la puerta y quedó estupefacto, esa no era la voz del coordinador pero era la de un hombre. No podía creerlo, ¿el señor Min lo estaba haciendo con un hombre? ¿El frío y gruñón Min? ¿El Min que tiene esposa y dos hijos?

El sonido de un gemido alto lo hizo reaccionar; escuchó movimiento de los muebles así que rápidamente se escondió de nuevo en la oficina de su padre mirando por la ventana de esta, tenía curiosidad por saber si realmente era el Señor Min el que estaba ahí y si estaba con otro hombre.


Pasaron alrededor de diez minutos y finalmente la puerta de la oficina del coordinador se abrió, dejando ver al señor Min que parecía arreglar su ropa; Jungkook se escondió en la ventana para que no lo viera, no podía creerlo, realmente era Yoongi.
El castaño vio como el pelinegro de ojos gatunos seguía con esa expresión indiferente y seria de siempre y lo vio caminar hasta que finalmente salió del edificio.

Jeon salió igual de la oficina y caminó de nuevo hasta la oficina del coordinador, el otro chico seguía ahí dentro, tenía curiosidad por saber quién era el hombre con el que lo estaba haciendo.
Sin pensarlo dos veces o siquiera cuestionarse, abrió la puerta como si tuviera todo el derecho del mundo por saber.

Se encontró con un chico pelirrojo de piel ligeramente bronceada, delgado y de ojos cafés, no podía negarlo, era atractivo y llamaba la atención. ¿Era un estudiante? ¿El señor Min lo hizo con un estudiante?

El pelirrojo terminó de ponerse la sudadera verde bajo la atenta mirada de aquel chico que entró sin tocar ni nada, ¿era un estudiante que quería hablar con Yoongi? Pero Yoongi le dijo que nadie iba a su oficina y él mismo lo había comprobado luego de tres años de estar haciéndolo ahí.
— ¿Se te ofrece algo? —Se atrevió a preguntar con el ceño ligeramente fruncido al ver que el castaño solo lo miraba con los ojos bien abiertos.

Jungkook reaccionó al escuchar la voz del pelirrojo, era bonita y por lo aguda que era, era claro que los gemidos eran de él.
— ¿Cómo te llamas? —Jeon no sabía ni que decir, eso fue lo primero que salió de su boca y cuando terminó de decir la pregunta vio como el otro hizo una mueca con su boca como si fuera un triángulo.

— Mi nombre no interesa. —Trató de no sonar grosero pero se le escapó un poco, tenía que irse, tenía trabajo. Así que tomó su riñonera roja y la acomodó mientras se dirigía a la puerta, pero el castaño le impidió el paso.

— Parece que te acostaste con el coordinador, creo que sí me interesa. —Aún había algo de sorpresa en su voz.

Suspiró, no entendía la curiosidad por su nombre. Pero bueno, solo era eso.
— Hoseok... Jung Hoseok. —Contestó simple y sin mucho interés, cuando notó que el otro no parecía reaccionar aprovechó para salir de ahí.





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Hoseok llegó a su trabajo, se cambió de camisa y se colocó el uniforme, acomodó su cabello y finalmente caminó hasta donde estaba su amigo, un chico más bajo que él, rubio y de mejillas algo regordetas.

— Al fin llegas, Hyung. —Dijo con una sonrisa el rubio que estaba al otro lado de la barra. — Siempre llegas temprano, ¿pasó algo?

El más alto cerró sus ojos y contuvo un suspiro.
— Yoongi tardó un poco más... Aparte un chico me detuvo.

— ¿Un chico? —Preguntó entre preocupado y sorprendido. — ¿Alguien se dio cuenta de que te acuestas con ese coordinador?

— Eso creo... Creo que es un estudiante de ahí. —Tomó un mandil y se lo colocó en su cadera.

— ¿Y qué harás? —El rubio limpiaba un vaso pero tenía la mirada atenta a su amigo, el bar acababa de ser abierto así que aún no habían muchas personas.

— Nada... El chico no me amenazó ni nada. —Habló firme, volteó con su amigo y vio que este tenía el ceño fruncido y apretaba ligeramente los labios, por lo que sonrió un poco.
— No te preocupes, Jiminie. —Apretó la mejilla de su amigo y soltó una risa cuando vio que este parecía quejarse. — Todo estará bien.

"Siempre estoy bien..."




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