↭Día cuatro↭

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Día cuatro: «Ya el chico tiene nombre»

Querido diario:

¡Sí! ¡Por fin! ¡Por fin ya sé su nombre!

Ya el chico sin nombre lo tiene. Aunque bueno, siempre lo tuvo, yo lo supe hasta ahora.

Raine.

Su nombre es Raine.

La doctora vino hoy a poner la dosis de la vacuna, casi siempre hacemos una fila y él no se encontraba ahí. Estaba en el baño, y ella mencionó su nombre.

“—¿Dónde está Raine?”

Él ni siquiera me ha vuelto a dirigir una de sus secas miradas, pero yo no le quito mi mirada. No porque sienta atracción o gusto hacia su persona, simplemente me causa una curiosidad que cada día crece más, al no saber nada más, solo su nombre.

Necesito hablarle, intentar intercambiar al menos dos palabras. Aunque su cara lo diga todo: “odio a la raza humana, no te acerques”, no me importa. No lo he intentado y no me puedo dar por vencida. Mañana mismo, en el momento que tenga la oportunidad, voy a hablarle.

Raine debe ser así por alguna razón en específico. Tan frío y distante. Tal parecería que lo único importante para él es fumarse demasiado rápido su caja de cigarrillos.  Puede que bajo esas miradas de frialdad haya un chico cálido y capaz de derretir a todo un Ártico con sus iris.

O tal vez, simplemente es así porque quiere.

No necesariamente debe haber un motivo para cada cosa que hacemos —aunque sería lo más lógico —. ¿Y si solo vino a nuestra mente y quisimos hacerlo? No hay una razón concreta.

Y quizás así... fuéramos más felices y aprovecháramos mejor la vida.

Digo, pensar tanto las cosas, nos hace mal. OJO, no con esto estoy diciendo que debemos tomar decisiones sin pensar al menos en las consecuencias o si nos aportará algo a nuestra existencia, pero tampoco maquinarlo tanto en nuestra cabeza, porque tarde o temprano el no saber con exactitud lo que sucederá, nos hunde poco a poco en un agujero negro.

Solo digo que deberíamos vivir un poquito más al límite. Sin pensar tanto en lo que va a suceder mañana o lo que sucedió ayer. Si queremos hacer algo, que no hace daño, que nos hace felices, ¿por qué detenernos?

La vida es como el bosque más hermoso, lleno de preciosas flores que te embriagan con su aroma, donde la sombra de los frondosos árboles hace que te duermas. Todo es perfecto. Cada vez que un alma muere, llega a ese bosque y ronda por ahí. Al final todos terminaremos en ese bosque, solo es cuestión de tiempo.

Que te de igual si piensan que eres tonto, a fin de cuentas, todos te van a juzgar, aunque hagas algo bien. No lo saben, pero también terminarán en el bosque.

Espero poder seguir escribiendo...

Mila.

↭Bailando con la Muerte↭ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora