Furia

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Te duele el corazón, cuando ves a la persona que amas, y sabes que esa persona también te ama, pero, aun así, tienes la seguridad de que no estarán juntos, de que en esta vida tendrán que ir de la mano de alguien más, y eso es un dolor demasiado grande para poder soportarlo, pero lo tienes hacer, por su bien, por tu bien.

Después de unos minutos que parecieron eternos, los penetrantes zafiros de Seiya hicieron que Usagi volteara.

"¿Nos vio?", se preguntó ella.

A juzgar por la mirada desencajada de Seiya, era obvio que sí.

"Pero, esta casado, con un hijo, ¿Por qué me mira así?, ¿Por qué me siento mal?"

-¿Sucede algo?- pregunto Kai separándose de Usagi.

-Eh, si- dijo Seiya sonriendo como si nada- estamos listos para teletransportarnos.

Kai intento tomar la mano de Usagi instintivamente para comenzar a caminar, pero ella se sintió incomoda y prefirió separarse más. Kai entendió perfecto y le dolió que el brillo de la princesa de la luna, a pesar de todo, aun fuera de Seiya, Kai no era más que un aparecido, sintió mucha tristeza, no importaba que Seiya estuviera con otra, Usagi aun así lo amaba, el solo fue correspondido un poco, solo por la tristeza, por la soledad, por el corazón roto, pero no porque importara realmente en la vida de Usagi, eso que pareció un triángulo al principio, se fue convirtiendo, distorsionando, llevándose la alegría de todo el que se filtrara por esas líneas, por esa telaraña de emociones, pero él no debia inmiscuirse mas, saldría perjudicado, y tenia que ser fuerte por Sora, quien dependía de él, era una Sailor, debería seguir su deber simplemente, por fin le quedaba claro eso.

-¿Cómo sigue Taiki?- pregunto ella.

-Estable, pero será mejor que lo atienda un médico.

-Entiendo.

Usagi camino rápido, la siguió Kai, al pasar al lado de Seiya se miraron intensamente, como deseando hablar, pero ninguno lo hizo, era claras las intenciones del primero, las circunstancias del segundo, ¿para que revolver más la arena? El agua debía volver a ser cristalina.

Tan pronto estuvieron reunidos pudieron salir de las minas mediante la teletransportación, Taiki fue llevado con el medico real de Kakkyu.

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Mina se encontraba mirando los jardines del palacio de Kinmoku.

-Ya me quiero ir, ¡odio este planeta!

-Pero no tienes que gritarlo- dijo Yaten apareciendo.

-¿Me estabas espiando?

-Tienes una idea rara de lo que es espiar, si hubiera sido mi intención ni cuenta te darías, además se espía algo importante, algo interesante.

-Claro, entonces, deberías espiar a esa tal Rona, talvez le gustan los tríos, o mejor aun, tal vez deje a Seiya y te quedas con ella, uy, que bueno seria, es taaan, perfecta.

El sarcasmo de Mina molesto a Yaten, le tomo fuertemente los brazos.

-¡No te metas con ella!

-Si, si, lo que tu digas, quien se quiere meter en ella eres tú.

Yaten la soltó bruscamente, pero Mina, enojada y sin pensarlo, lo tomo del cuello y lo beso, al principio el platinado se resistió, después comenzó a corresponder con fuerza, tomándola de la cintura, ella levanto una pierna para pegarse mucho más a su cuerpo, el sin dudarlo agarro su muslo, acariciándolo, Mina soltó un suspiro, abrieron los ojos, retándose.

Pintando un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora