INTRODUCCIÓN

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¡Hola a todos! Mi nombre es Bélgica, seeee, como el país. En mi familia tienen esa manía rarita de ponerle a las personas nombres de países y ciudades. Mi árbol genealógico es el puto mapa del mundo.

Ya se imaginarán que con el simple hecho de llamarse como un lugar la vida no ha sido fácil, aunque no fue el caso de mis hermanas. Ah, por cierto, tengo hermanas, cuatro para ser exacta.

La tradición de nombrar de esta manera ha pasado de una generación a otra en la familia de mi madre, y mi padre (que es un blandengue que hace todo lo que ella quiere, aunque él lo llama "amor" y no blandenguería, en fin, la gente inventa cada cosa) permitió que sus cinco hijas formaran parte del folclore familiar, aunque mi padre es la puta hostia. Es la persona de mi familia que mejor me entiende (por no decir el único), pero es muy complaciente con mi mamá, la cual es asfixiante (dicho sea de paso), o sea, es mi madre y la amo, pero, joder, a veces estresa.

Para que me entiendan mejor, mi madre es una ex-topmodel y, por ende, es muy elegante y sofisticada, por lo cual nos exige a nosotras que seamos igual a ella. Mis hermanas se defienden con ello, pero, si les soy sincera, "elegancia" no es la palabra que mejor me define, así que ese tema me lleva de la mano y corriendo, pero yo no le hago mucho caso a eso, la verdad.

Volviendo a mi mamá... su nombre es Alaska Monserrat y, como ya les dije, fue una súper modelo sumamente cotizada y bla bla bla...

Ella, a día de hoy, continúa siendo muy famosa y renombrada a pesar de haber abandonado las pasarelas y, aunque tiene 46 años, se mantiene como si tuviera 25. Supongo que el hecho de no haber tenido ningún parto la ha ayudado mucho.

Sí, mi amigo y amiga, leíste bien, Alaska Monserrat no ha dado a luz.

Les explico: ella no quería arruinar su cuerpo porque sería fatal para su carrera, así que pagó a mujeres diferentes para que fueran vientres solidarios y cargaran con nosotras y mi padre (el blandengue ese), como siempre, estuvo de acuerdo.

Me imagino el momento en que mi mamá le dijo a mi papá que no quería realizar parto alguno, debió haber sido épico. Seguramente en el instante en que intentó protestar ella le gritó: ¡¡¡soy yo la que sufrirá contracciones y se le abrirá la rabadilla como 30 cm, tu trabajo fue muy fácil!!!

Aplausos para mi mamá.

Si hay algo que aprendí de ella fue: cabezas para dentro, sí; para afuera, no.

Gracias por esa bella lección de vida, mamá.

Mi padre, por otra parte, se llama Sheldon Knoller, tiene 47 años y es un exitoso empresario del mundo de las aplicaciones. Es todo un cerebrito, vamos.

Bueno, ya les hablé de la obsesiva compulsiva de la moda que es mi madre, del sin-pantalones que se excusa con esa ridiculez que llaman "amor" que es mi padre y, para finalizar con los que cohabitan un fabuloso penthouse ubicado en un edificio de 104 pisos llamado Silver Domain en el centro de la ciudad, les daré una breve panorámica acerca de los otros demonios: mis hermanas.

Kenya, la mayor de todas, nombrada de esa forma en honor al país donde mis padres se enamoraron. Tiene 19 años y siguió los pasos de nuestra madre en las pasarelas. A la condenada le va bien, le encanta chupar cámara y la cámara la adora a ella.

Mejor no saber qué otras cosas le gusta chupar...

Ah, por cierto, quien dijo esa última línea que leyeron fue mi conciencia. Será mejor que se vayan acostumbrando a ella. Cuanto antes nos resignemos a las desgracias de nuestra miserable vida antes lograremos seguir adelante. Fue lo que hice yo con mi conciencia.

BÉLGICA [R1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora