Capítulo 30: Una noche especial

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CALEB.

Cuando salimos de la fiesta Bel estaba en un profundo y sepulcral silencio, el cual mantuvo hasta este momento en el que íbamos en mi auto rumbo a la casa de Zack y Pheebs.

Nunca la había visto tan triste y enojada a la vez. No sabía si debía consolarla o esperar a que su ira pasara.

Yo también tenía una relación decadente y delicada con mis padres, aunque el motivo era comprensible; pero el caso de Bel era muy diferente.

No ser aceptado por tu propia madre ha de ser una de las heridas más dolorosas que puede marcar la vida de una persona.

—Bel —tomé su mano, lo cual llamó su atención—, no estás sola... —aseguré y ella esbozó una sonrisa débil.

—¿A dónde vamos? —indagó sin mucho ánimo.

—A la casa de Zack y Phoebe —respondí.

—Perfecto. No tengo ánimos para ver a mi madre hoy —declaró, recostando su cabeza en el asiento mientras cerraba sus ojos. Su agotamiento no parecía físico, sino emocional.

Luego de eso volvió a quedarse en silencio, así que opté por hacer lo mismo hasta que llegamos a nuestro destino.

—¡Caleb, feliz año nuevo! —exclamó Pheebs al abrir la puerta.

—Feliz año nuevo, Pheebs —contesté sin demasiada emoción—. ¿Podemos pasar?

—Bel —murmuró al verla detrás de mí—, ¿pasó algo? —indagó, preocupada, haciéndonos un gesto para que entráramos.

—Pues sí... pero creo que mejor te lo explico después —contesté y ella asintió, comprensiva—. Solo quería saber si me puedo quedar con Bel aquí hoy.

—Sí, claro. Los ayudaremos en lo que necesiten, aunque solo hay dos habitaciones, así que tendremos que compartirlas —explicó.

—No hay problema. Bel y yo podemos dormir en una habitación y tú y Zack en la otra —propuse relajadamente, rodeando a Bel con mi brazo.

—Eh... —balbuceó Pheebs, nerviosa—. Creo que mejor yo dormiré con Bel en mi habitación.

—¿Me alejarás de mi novia de esa manera? —me hice el dolido, pero en realidad todo era parte de mi malévolo plan—. Además, Zack ronca —agregué, dramático.

—Yo no ronco —replicó Zack, levantándose del sofá donde se encontraba escondido.

—Estabas ahí, abuelo. ¡Feliz cumpleaños! —exclamé, abalanzándome sobre él para abrazarlo.

—¿Zack cumple años justo hoy? —indagó Bel, sorprendida de que el susodicho cumpliera años el primer día del año.

—Pues sí. Tendremos celebración doble —respondió Phoebe con una sonrisa. A ella le emocionaba más el cumpleaños de Zack que al propio Zack.

—No es para tanto, solo se cumple un año más del día que nací —le restó importancia al asunto, apartándose de mí para que dejara de abrazarlo.

—De eso van los cumpleaños, crack —repliqué.

—Es absurdo celebrar que envejeces y que te acercas cada vez más a tu inevitable muerte —opinó con ese aire lúgubre que siempre tenía.

—Empezamos bien el año, ¿eh? —comenté con sarcasmo—. Parece tu entierro y no tu cumpleaños.

—Zack, no vas a estar amargado justo hoy —dijo Pheebs, acercándose a nosotros.

—Él siempre está amargado —me burlé.

—No me digas que no quieres celebrar tu cumpleaños —terció ella.

BÉLGICA [R1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora