BÉLGICA [R1]

Capítulo 37: Buscando razones

CALEB SHINES.

¿Alguna vez has experimentado el miedo ante la pérdida inminente de lo más valioso que tienes en tu vida?

¿Has sentido esa desesperación asfixiante al saber que por mucho que lo desees no puedes hacer nada para salvar a esa persona que tanto amas?

Yo sufrí todo eso cuando mi hermana murió...

Y estaba volviendo a atravesar ese dolor con lo que había sucedido...

En estos momentos me encontraba con Bélgica en mi auto rumbo al hospital, puesto que todos no podíamos ir en la ambulancia.

No me consideraba el ciudadano con más respeto por las leyes del tránsito, pero nunca en mi vida conduje tan rápido como lo estaba haciendo ahora. Llegar al hospital me parecía una situación de vida o muerte en estos momentos.

Y lo era...

No para mí, sino para alguien que amaba demasiado.

La verdad es que no somos conscientes de cuánto amamos a las personas hasta que estamos a punto de perderlas, por eso nunca esperes a que sea demasiado tarde. Demuestra cada día tus sentimientos porque podrías arrepentirte después.

—Estoy segura de que va a estar bien... —murmuró Bel a mi lado, tomando mi mano para consolarme mientras yo apretaba el volante y fulminaba la carretera, como si eso fuera a hacer que llegáramos más rápido.

—Eso espero, Bel... —dije, intentando contener las lágrimas mientras apretaba suavemente su mano en busca de la fuerza que me faltaba para enfrentar esta pesadilla.

***

Cuando finalmente llegamos al hospital fuimos corriendo al salón de emergencias. Comencé a buscarlos con la mirada por todas partes, pero no logré hallarlos.

—Tal vez llegamos antes que la ambulancia —supuso Bel y sus palabras tuvieron sentido para mí, ya que la velocidad a la que conduje era digna de que me quitaran la licencia de conducir.

—Puede ser —dije, surcando mi cabello con mis dedos en un gesto nervioso e impaciente.

¿Por qué rayos la ambulancia no llegaba?

—¡Ahí están! —exclamó Bel cuando atravesó la puerta del salón de emergencias una camilla empujada por los paramédicos y con una desesperada Phoebe corriendo a su lado.

Al ver al nuevo paciente, los médicos se dieron prisa en atenderlo, ya que su situación no era nada buena.

Después del disparo que Bel y yo escuchamos cuando estábamos en el lago fuimos rápidamente hacia la casa, pero en el camino escuchamos dos nuevos disparos...

—El paciente está en shock hipovólemico. Necesita ser operado y transfundido de inmediato. Llévenlo al quirófano ya —ordenó la doctora que estaba al frente de la guardia médica.

—Doctora, ¿va a estar bien? —preguntó Phoebe con la voz entrecortada mientras los paramédicos se llevaban a Zack al salón de operaciones.

—Tu novio necesita una transfusión de emergencia —explicó la doctora y, a pesar de la situación, Phoebe no pudo evitar esbozar una leve expresión de nervios ante la mención de "su novio"—. ¿Algún familiar suyo puede donar?

—No... Zack no tiene a nadie —musitó Phoebe con ojos vidriosos.

—Yo puedo hacerlo —me ofrecí inmediatamente.