¿Tú Quieres Ser Madre?

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No sabía como había llegado a aquella situación, su cuerpo no respondía como quería, se apoyó en su espada mientras su visión se tornaba borrosa, se le dificultaba respirar, sacudió su cabeza para correr y salvar a Sakura, tenía que evitar que Jasushiki drenara todo el chakra de su esposa.

Gruñó sacando fuerzas que no sabía que tenía, su corazón parecía estar a punto de salirse de su pecho, de su espada salían rayos azules, se abalanzó sobre la barrera en la que Sakura estaba metida, sin embargo su ataque volvió sobre sí mismo, haciendo retorceder y caer nuevamente.

Sakura gritó cuando Jasushiki posó su mano sobre su frente y comenzó a extraer su sello, intentó apartarlo pero fue en vano, su cuerpo comenzó a levitar junto a su atacante, quien disfrutaba absorviendo el chakra de la peli rosa.

—¡Detente por favor! —suplicó Sasuke. —Toma mis ojos, pero déjala a ella, no me la quites.

Volvía a perderlo todo una vez más, porque sin Sakura su vida no tenía sentido, deseaba saber en qué había fallado su plan, ¿Cómo habían llegado a eso? La vida de la peli rosa comenzó a apagarse poco a poco, le dolió más escuchar a Sasuke suplicando que la pérdida de su sello y de su chakra, su esposo tenía un orgullo muy grande, jamás se doblegaba o suplicaba.

—Te amo Sasuke kun, vive por los dos. —dijo Sakura en un último suspiro.

El cuerpo de Jasushiki terminó de completarse, finalmente se había convertido en un inmortal en toda su totalidad, ya no era un semi dios, se elevó un poco más alto haciendo que la barrera estallara, el cuerpo inerte de la peli rosa cayó al suelo con un sonido retumbante que le heló la sangre al Uchiha, el grito de Sasuke desgarró su garganta al ver a su esposa carente de vida, corrió a su lado y la abrazó, intentó reanimarla sin lograrlo.

Tembló y comenzó a llorar, las lágrimas caían de su rostro como lluvia en tiempo de tormentas, el último Uchiha de un clan masacrado, el último en vivir una desgracia volvía a sentir aquella soledad abrumadora que una vez casi lo destruye, aque vacío destructor, aquella tortura sin fin.

—¡Sakura! —gritó.

Abrió sus ojos y se inclinó sintiendo que estaba a punto de  vomitar, su frente estaba cubierta por una fina capa de sudor, sacudió su cabeza para enfocar su vista y darse cuenta que estaba recostado en un árbol, sus manos temblaron cuando se levantó, buscó a Sakura con la mirada y sintió una opresión en su pecho.

—Oh, Sasuke kun, quédate tranquilo, acaba de bajar tú fiebre, encontré una cueva no muy lejos de aquí, tú capa ya está limpia, voy a preparar fuego para preparar la cena. —dijo Sakura dejando en el suelo la leña que había conseguido.

Sasuke acortó la distancia y la abrazó, la apretó contra él y no la apartó sino hasta terminar de darse cuenta que había tenido una pesadilla, quizás producto de su fiebre o de pensar tanto en lo que se avecinaba.

Cuando se apartó acarició el rostro de su esposa y se dejó caer al suelo, llevándosela consigo.

—Sasuke kun.

Se quedó acostado en las piernas de Sakura, sintiendo como los latidos de su corazón volvían a su normalidad, tenía tanto miedo y no se atrevía a reconocerlo en voz alta, pero debía de hablar, guardar tanto no le haría bien, suspiró profundo y se sintió tan cómodo allí, con su esposa cuidandolo y pasando sus manos con chakra sobre su cuerpo para aliviar sus síntomas.

Todo había sido una pesadilla.

—¿Ya mejor? —le preguntó ella ajena a los pensamientos y preocupaciones que él tenía.

Mi Sol En Primavera. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora