CAPÍTULO 13

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Creando una familia.

Me despierto con cansancio y me dirijo al baño, me doy una ducha y me pongo la toalla, salgo a cambiarme y Biel está esperándome en la cama.

—Apurate, debemos de irnos a la otra casa —dice acelerado.

Me quito la toalla y me acerco a él, me pone los calcetines, las bragas, el pantalón y los zapatos, sale de la alcoba y yo me pongo una blusa holgada y una chaqueta blanca, bajo las escaleras y Adán me lleva al coche, llegamos a nuestra nueva casa y me dejó caer en uno de los sillones.

—Tengo hambre —hago puchero.

— ¿Qué se te ofrece? —me dice Biel.

—Quiero una hamburguesa, sándwich con pollo desmechado, albóndigas de cerdo, brochetas de distintas carnes, fresas con chocolate y un jugo de piña —les respondo.

Gael llama al chef que contrataron y le hace el pedido, recalcandole que lo más importante es que me complazca en todos los antojos.

— ¿De dónde lo sacaste? —pregunto intrigada.

—Oh, Arion es cocinero y tiene sus propios restaurantes, por lo cual conoce buenos chefs y me recomendó este —responde Adán.

— ¿Qué más sigue? ¿Que el jefe de seguridad sea Hitler? —dramatizo.

—No es Hitler, se llama Lander Makri y es hijo del viceministro de la organización militar Morningstar —responde Biel.

— ¡¿Qué?! —digo impactada.

—Y Anker Tsuguri es tu médico —informa Gael—, tu pediatra es Aides Valent, el nutriólogo del bebé es Migael Decker y el tuyo es Adán —termina con total tranquilidad, como si no me acabar de decir que las personas más importantes en su profesión son quiénes me tendrán a mi y a mi bebé al cuidado.

Comenzamos una "Discusión" por lo exagerados que son, pero no me ponen atención, cuando vuelvo a quejarme Adán me interrumpe.

—Eres una irresponsable, no puedes alterarte, así que no discutas —me reprende.

Estoy por alegar pero el chef me trae la comida.

—Se demoro mucho —se queja Biel.

—Lo siento, no sabía dónde estaban muchas de las cosas, por lo cual perdí tiempo —se excusa.

—Pues aprenda el lugar de las cosas, se vuelve a demorar y está despedido —advierte Gael.

No puedo evitar pensar en lo dramáticos que son, ni siquiera se demoró demasiado, solo que ellos son unos quejones y unos exagerados, para mí todo está bien, pero ellos como los exagerados ahí llegan con que algo está mal; el parque es grande, hasta tiene sube y bajas, pero como Adán es un exagerado y según él era muy pequeño hasta un trampolín están instalando. En mi vida llegue a pensar que si llegase a tener un hijo tendría tantos cuidados, quiero decir, cuando tuve mi primer embarazo tenía lo que se podía considerar cuidados normales, pero con este trío hasta respirar puede ser peligroso.

—No exageren, hay muchas cosas que quiero hacer y no me dejaran por sus exagerados cuidados —me quejo.

—No son exagerados —se queja Biel.

—Claro que sí, yo quiero viajar, pero ustedes no me dejaran —hago puchero.

—Claro que te dejaremos, puedes viajar cuando quieras, tienes un jet privado —dice Gael con naturalidad.

Los miro asombrada, en mi vida lo más lujoso que había tenido era un par de joyas, mi reloj y los aparatos electrónicos, y cave recalcar que todo me lo daban mis padres, ni siquiera pensé en que me iban a secuestrar los que serían mis futuros esposos y que hasta jet privado tendría.

Damn ClownsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora