CAPÍTULO 16

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Cambio de planes nueva vida y nueva familia.

Atenea.

Con Gael nos dirigimos al reino y él nunca se aleja de mi lado ni para ir al baño, lo cual en parte se me hace tierno, pero no quita el hecho de que tengo que estar lejos de Adán y Biel; cuando llegamos al castillo y Gael me lleva a una de las alcobas y allí nos acomodamos, mientras él me muestra el reino para pasar el aburrimiento de no saber qué pasa con Biel y Adán.

🤡⚠️

Adán.

Las locas nos miran desde el otro sillón con una sonrisa, cosa que me incómoda, Biel tiene una cara de asco que me dan ganas de reír, sin embargo retengo la carcajada.

-Entonces, Adán -dice Alicia-, espero estés preparado para ser papi -sonríe y nunca creí que una acción llegase a ser lo que más odio.

Ambas acarician su vientre, y seré sincero, la acción solo me gusta en Atenea, el hecho de que ella esté embarazada me gusta, la idea de ser padre jamás me había gustado tanto como el saber que era ella quien portaba mis genes, nunca me agradó tanto una idea como la de imaginarme siendo padre, viendo a Atenea embarazada y dándome hijos; nunca quise tener una familia, siempre supe cuál era mi destino y qué ocurriría, por ello siempre me negué a estar formalizado con alguien, pero el día en que vi a Atenea tan indefensa las ganas de protegerla y tenerla a mi lado, nunca quise una familia, pero el deseo de que ella me diera hijos me invadió y no lo pude detener, el que ahora el par de locas digan que esperan hijos es principalmente ilógico por los tiempos, y segundo, no es algo que nos apetezca a ninguno de los dos.

-No seré padre de un hijo más que no sea el de Atenea, si quieren que responda por los fetos esos lo haré, pero no seré padre de nadie más que no sean mis mellizos -alego.

-Yo tampoco, allá ustedes si quieren seguir llorando sobre la leche derramada -apoya Biel.

- ¡No pueden hacer eso, deben de casarse con ellas! -grita histérica la madre de Arine.

Ruedo los ojos, de tal palo, tal astilla, y al parecer la locura de ese par la heredaron de sus progenitoras.

-No nos vamos a divorciar y no nos podemos casar estando casados ya -alega Biel.

La familia de las dos se asombra y miran nuestros dedos en busca de las alianzas que obviamente encuentran y la pelirroja se levanta gritando histérica.

- ¡No! ¡No puedes estar casado con esa zorra! -grita de forma desgarradora, sin embargo no me interesa.

Se acerca a nosotros y empieza a hacer berrinche, y es allí donde me doy cuenta que realmente no soporto otra cosa más que no sea Atenea y lo que tenga que ver con ella, ya que el ver a Arine se me hacer insoportable, y el que haga berrinche me hace querer dejar de existir, y es allí donde reconozco que si fuese Atenea de inmediato estaría cumpliendo su capricho y sintiéndome mal por su berrinche, cosa que me recuerda lo mucho que la amo. Biel la empuja hasta el sillón con desaprobación y esta vez es Alicia quien se levanta a golpearnos y hacer berrinche; los padres se han ido del lugar por arte de magia y eso me alegra levemente, pero no quita el sin sabor del par de locas. Ambas se lanzan a nuestros pies para llorar y yo las trato de ignorar, sin embargo la pelirroja comienza a llorar sobre mi pierna, cosa que me causa asco y trato de apartarla, pero no puedo, así que Biel me ayuda y juntos vamos a la cocina, dejándolas allí llorando.

-Les haremos pensar que las queremos y aceptaremos a los bastardos, por la noche nos iremos a Edenum con Atenea y le pediremos a Hares un lugar donde vivir sin que ellas nos puedan encontrar -me informa y aunque no me gusta la idea, sé que es la única opción, por lo cual acepto.

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