Damn Clowns

CAPÍTULO 3

Adán.

—Atenea se está saliendo de nuestro control y tú sigues cumpliendo sus caprichos, si no ponemos un alto será nuestra destrucción —se queja Nader por sexta vez.

Suspiro con cansancio, llevamos más de 3 horas hablando sobre el "problema" que se ha vuelto Atenea para ellos y solo me da jaqueca. Todos hemos sabido manejarla, pero Nader y Tristán siempre dan complicaciones, Atenea puede fingir no recordarnos, pero solo con ellos es "fastidiosa" y a diferencia de ellos, todos vemos que en definitiva lo hace porque no los quiere en lo más mínimo cerca, le gusta hacerlos rabiar, pero el otro problema es que a ella le gusta jugar demasiado con su suerte y ninguno de los dos piensa tolerar más tiempo eso.

—Si tanto les fastidia dejen de verla —interviene Biel fastidiado por la nueva queja de Nader.

—Ella es propiedad de los Damn Clowns y somos seis —se exalta Tristán.

Le gusta quejarse de Atenea, pero no la quiere soltar, se ha empeñado desde que llegó en hacerle la vida imposible, que respira fuerte, que camina mal, que come demasiado o poco, que no hace nada bien, le gusta compararla con Alicia y Arine, rebajarla y humillarla, pero decirle que la deje en paz es como echarle agua bendita a un demonio.

—Pero somos tres los originales —contraataco y se tensa—, si hablamos de a quiénes le pertenece, ni tú, Dyclan o Nader entran ahí, ella le pertenece a los Damn Clowns y los originales somos Biel, Gael y yo —le recuerdo de forma molesta.

Aquí nos regimos por apellidos y legados, los seis hicimos muchos negocios exitosos y entre todo este lío está Atenea de por medio, pero las reglas establecen que un Damn Clown original puede hacer lo que le plazca, después de todo la sangre que lleva se lo permite, sin embargo, el pacto de lealtad me cohibe de sacar o dañar a los hermanos Tyree y Tristán; aunque puedo sacarlos, algo dentro de mí me carcome cada vez que siento que eso me haría ver como cobarde, y es que con Atenea en tanto peligro no me puedo exponer.

—Todos acordamos algo, Adán —dicen Nader y Tristán al mismo tiempo levantándose de sus asientos.

El único que no es problemas es Dyclan, y si condición es difícil, pero nunca refuta cuando le doy órdenes o van en contra de nosotros, a pesar de ser demasiado unido a Nader nunca lo apoya en sus ideas, y en ese instante su lealtad me sirve aún más.

—El pacto de puede romper si uno de los tres Damn Clowns no originales acepta separar los bandos —le recuerdo con una sonrisa.

Nuestras reglas son muy extrañas, pero en definitiva se tienen privilegios, por ello mi mal humor pasa y me levanto del asiento con superioridad.

—No me vas a creer, o bueno, sí lo harás —le sonrío y me acerco a la pequeña biblioteca del lugar, de donde saco la carpeta con el documento que yace dentro de esta—, Dyclan firmó un acuerdo donde aceptaba que el pacto se deshiciera si así lo deseaba alguno de los bandos, más aparte, el bando que tuviera más apoyo sería el que se quedaría con lo conseguido —les entrego el documento y me siento de nuevo en mi silla.

Nader mira a su hermano con molestia mientras que Tristán lee el documento y aprieta los puños sabiendo que ya perdieron en esto. Dyclan baja la cabeza cuando Nader se acerca, Tristán trata de ir con este pero el mismo Nader lo detiene obstaculizando su llegada al menor de los Tyree.

—No te atrevas a tan siquiera pensar en hacerle daño a mi hermano —comenta el pelinegro mirando al castaño—, porque si te atreves a tan siquiera tocarle un pelo, olvidaré que fuimos aliados y te voy a joder, con mi familia nadie se mete —advierte dejando a Dyclan detrás de él.

— ¿Si sabes todo lo que acabamos de perder por su culpa, cierto? —se indigna en castaño intentando persuadir al pelinegro.

—Hay victorias y derrotas, esta fue la segunda, pero eso no lo vas a usar en contra de mi hermano, hizo mal, sí, pero eso no hará que deje de protegerlo y a diferencia tuya él sí tiene respaldo, está protegido, tú no, así que cuida bien tus pasos que que este circo no acepta payasos como tú —dicho esto se da la vuelta y sale junto con Dyclan, quien no deja de pedirle perdón, sin embargo este está más concentrado en solo sacarlo del lugar que de darle atención.